El mal tiempo complica la trashumancia en el Maestrazgo

Un rebaño de 120 reses parte con nieve en Fortanete y llegará a Xert (Castellón) dentro de una semana.

El ganado trashumante de Lionel Martorell, a su paso por La Iglesuela bajo la lluvia.
El mal tiempo complica la trashumancia en el Maestrazgo
Oficina Turismo Iglesuela

El mal tiempo convierte en una odisea el tránsito de los ganados trashumantes desde los pastos de verano de las sierras del Maestrazgo y Gúdar a Levante y el sur de Cataluña. El ganadero Lionel Martorell partió el pasado viernes de Fortanete en dirección a Xert (Castellón) para pasar el invierno. Martorell, que preside la Asociación Ibérica de Pastores Trashumantes, calificó de "infernal" la meteorología que le toca soportar al raso mientras guía a un rebaño de 120 reses de vacuno.


Explicó que cuando partió de Fortanete nevaba y, durante todo el fin de semana, apenas ha dejado de llover, una circunstancia que retrasa la marcha y la endurece. Explicó que el sábado las precipitaciones que soportó el rebaño rondaron los 100 litros por metro cuadrado y el mismo panorama se repitió ayer. El temporal se cebó con las costas levantinas y la zona más oriental de Teruel, afectando de lleno al trayecto hacia la zona de invernada.


Martorell se mostró preocupado ante la posibilidad de que las intensas lluvias provoquen avenidas en las ramblas que tiene que atravesar con el ganado y tenga que detener la marcha. Si no hay imprevistos, llegará a Xert el próximo viernes después de recorrer 95 kilómetros a pie con el ganado. Seis personas se encargan de conducir a los animales, cuatro de ellas a caballo.


El lado positivo del temporal es que "el ganado no va a pasar sed", bromeó el pastor. Además, a lo largo de la cañada por la que transitan las vacas hay pastos abundantes para la alimentación durante el trayecto. El rebaño abandonó la provincia de Teruel el sábado por La Iglesuela del Cid y ayer se movía entre las poblaciones castellonenses de Villafranca del Cid y Ares del Maestre.


Este año el rebaño ha tenido que cambiar sus pastos de invierno del último lustro, en Alfara de Carles (Tarragona), por Xert debido a una epidemia de tuberculosis que afecta a Cataluña y que impide la entrada de ganado de otras zonas para evitar su contagio y la expansión de la enfermedad. Este contratiempo obligó a Martorell a buscar "en una semana" un destino alternativo.


El ganadero denunció la compleja burocracia que tuvo que afrontar para conseguir al autorización de la Generalitat valenciana para pasar el invierno en Xert. "Me han exigido los mismos requisitos que a un ganadero sedentario pero se trata de exigencias que son difíciles de asumir para un pastor trashumante, como en mi caso", explicó.


Martorell criticó la disparidad normativa que afrontan los pastores que practican la trashumancia al tener que pasar por distintas comunidades autónomas en sus recorridos estacionales. Una docena de ganaderos trashuman en el Maestrazgo y Gúdar, el segundo foco trashumante de la provincia tras la sierra de Albarracín.

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