El jamón sale a las calles de la capital en un feria muy participativa

Imposible no comer jamón con Denominación de Origen en Teruel estos días. Este producto, considerado una maravilla culinaria, está por toda la ciudad. La feria dedicada a este alimento, que abrió sus puertas el pasado viernes y no las cerrará hasta el próximo 11 de septiembre, ha inundado las calles de la capital turolense de aroma al mejor pernil curado.

Ayer, en la Taberna instalada en la Glorieta, tres maestros cortadores filetearon jamones y paletas curadas sin descanso para dar respuesta a la gran demanda existente. Solo en este establecimiento, que ofrece platos con 100 gramos de pernil a 5,50 euros, esperan que en los próximos días se consuman más de 600 kilos de estos productos.

El jamón es también el ingrediente protagonista de las tapas de autor que ofrecen medio centenar de bares y restaurantes. A ello hay que sumar las degustaciones populares que tendrán lugar esta semana en los barrios de San León, San Julián y Ensanche, así como la cata a la que está invitado todo el mundo el próximo sábado tras la exhibición de cortadores aficionados que tendrá lugar en las principales plazas del Centro Histórico.

"Nuestro objetivo es que nadie se quede sin probar el jamón de Teruel y creo que lo estamos consiguiendo", afirmó ayer el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (CRDO), Ricardo Mosteo, quien destacó que el arranque de la Feria ha sido "muy bueno, con mucho público y mucha implicación de toda la ciudadanía". Y es que clubes deportivos, hosteleros, comerciantes y asociaciones culturales se han volcado en este evento, convirtiéndolo en uno de los más participativos de la historia.

Público de todas las edades disfrutaba ayer de un plato de jamón en la Glorieta, un espacio que se llenó de animación al celebrarse allí distintas actividades programadas en la Feria, como una clase práctica de voleibol para niños y jóvenes o diversos juegos infantiles. "Este jamón está perfecto" exclamó José, de Alicante, que junto con su esposa, María del Carmen, visitaba Teruel. A los italianos Bruno y Anna Bonoli, también clientes de la Taberna, el sabor del jamón de Teruel les resultó "sorprendente".

Tras 32 años de funcionamiento del CRDO, el jamón de Teruel se ha convertido en un pilar de la economía de la provincia y se ha hecho un hueco en el mercado nacional a la espera de conquistar otros países.