Teruel

La nave central de la iglesia de San Miguel será un salón de actos con el escenario en el altar

El Ayuntamiento licita el plan director para rehabilitar el templo como centro cultural mientras un informe geológico dice que es "urgente" reforzar la estructura.

La nave central de la iglesia de San Miguel será un salón de actos con el escenario en el altar

El espacio principal de la iglesia de San Miguel de Teruel una vez rehabilitada como centro cultural será un salón polivalente que ocupará la nave central y cuyo escenario se ubicará en el lugar que ahora ocupa el altar mayor. El templo, en estado ruinoso, deberá ser sometido con carácter inmediato a una consolidación estructural. La sala central, que podrá usarse para teatro, conciertos, conferencias o proyecciones, tendrá 144 metros cuadrados destinados al público, 64 para el escenario y 24 para la cabina de control.


La iglesia acaba de ser recuperada por el Ayuntamiento tras la cesión en 2010 al colectivo de rumanos ortodoxos San Nichifor el Confesor para un proyecto de rehabilitación como centro cultural y religioso que fracasó por falta de financiación. El monumento fue entregado por 90 años con la condición de su restauración, pero ante la imposibilidad de acometer las obras revertió a manos municipales.


El Ayuntamiento ha licitado la redacción de un plan director del templo, presupuestado en 36.300 euros. Seis empresas optan a la adjudicación, que está en su última fase de resolución. La financiación corre a cargo del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE).


Las condiciones fijadas por el Consistorio para que sean tenidas en cuenta en el plan director precisan los espacios en los que se dividirá el templo, siempre con la condición de "respetar" el espacio barroco de la iglesia, construido en el siglo XVIII. Los nuevos volúmenes interiores serán "lo más neutros posibles" para no desvirtuar el estilo del conjunto.


Además de la sala polivalente, que será el espacio central, se prevé también habilitar cuatro salas diáfanas para ensayos, vestuarios y diez módulos polivalentes. También se acondicionará un "área de exposición" de 127 metros cuadrados, entre almacén y zona expositiva –de 85 metros–.


El edificio anejo al templo, que está también muy deteriorado y que se utilizó como escuelas y vivienda del párroco, se demolerá para levantar un nuevo inmueble que incluirá cuatro salas para ensayar obras teatrales de 135 metros cuadrados cada una y ocho locales para ensayos de grupos musicales de entre 12 y 20 metros cuadrados cada uno.


En las previsiones municipales entra acondicionar locales de uso administrativo, archivo, servicios y sedes de clubes, asociaciones y otras entidades. Se contempla, además, la instalación de un ascensor entre el templo y el edificio anejo, aunque no está prevista la reutilización de la cripta situada bajo el altar mayor.


El plan director analizará el estado del edificio, propondrá las actuaciones a llevar a cabo para la consolidación y conservación y las obras que posibiliten los usos propuestos por el Ayuntamiento, todo ello con la correspondiente previsión presupuestaria.


El edificio presenta una serie de graves patologías estructurales, según un documento anejo a las bases de la licitación del plan director. El deterioro ya provocó el cierre al culto hace más de 40 años. El Ayuntamiento compró el templo al Obispado en 2002 por 270.000 euros para uso cultural.

Refuerzo urgente


Según un informe geológico, los cimientos se han visto perjudicados por la naturaleza yesífera del suelo –que provoca la disolución del terreno– y por la construcción de galerías en el entorno. El grave deterioro de la cubierta ha propiciado la entrada de agua. El resultado son "diversas patologías" en el interior, con "profusión de grietas verticales en los muros de la fachada y en las bóvedas" así como pilares desplomados y degradación de los materiales por las filtraciones.


El informe considera una "urgente necesidad" reforzar toda la estructura con elementos de fibra de carbono adheridos y la sujeción de las cabezas de los pilares y las coronaciones de los muros para evitar "movimientos horizontales", todo como paso previo al refuerzo del terreno con la inyección de cemento.