Las peñas más madrugadoras llenan de música sus locales antes del Pañuelico

El Torico tendrá su pañuelo rojo esta tarde, pero muchas peñas eran ayer ya un hervidero de gente.

Actuación de Los Gandules ayer en la peña Los Ultramarinos, en la Ronda de Ambeles.
Actuación de Los Gandules ayer en la peña Los Ultramarinos, en la Ronda de Ambeles.
Javier Escriche

No hay paciencia. Las ganas de fiesta pudieron ayer con muchas peñas, que se adelantaron al estallido oficial de la Vaquilla –será hoy a las 16.30– y activaron ya por la tarde todos sus recursos ante la afluencia masiva de gente a sus locales. Música de disco a todo volumen, barra de bar, batucadas, DJ y hasta actuaciones en directo, como la de Los Gandules, en Los Ultramarinos, fueron el gran preludio de lo que hoy se avecina.


El Centro Histórico se convirtió en pocas horas en una discoteca gigante con distintos ambientes y estilos, desde la música más calmada y tradicional de Los Bohemios –en la Glorieta– a la rockera de El Ajo –en la Ronda de Ambeles– pasando por los ritmos de la macrodiscomóvil de Los Marinos –en el paseo del Óvalo–.


La ciudad acogió ya a un elevado número de visitantes dispuestos a vivir tres días de fiesta ininterrumpida en la que apenas se duerme y en la que la música y el baile adquieren un gran protagonismo. «Aguantaremos lo que sea necesario, hemos venido mentalizadas para ello», afirmaba en la peña El Disfrute una joven, Nuria Villanueva, que llegó a Teruel con un grupo de amigas, todas ellas de Los Pertegaces, una pedanía de la localidad turolense de Olba.


Otro joven, Emilio Ortín, de Madrid, disfrutaba de los primeros acordes del conjunto musical de la peña y valoraba «lo divertida que es La Vaquilla». «No he visto nada igual, por eso he vuelto este año por segunda vez», agregó. Hasta una despedida de soltero cuyos participantes habían venido de la vecina Cuenca se celebraba ayer en El Disfrute. «Resistiremos los días que haga falta, estamos entrenados para ello», explicaron.Más población


Ante el cada vez más temprano inicio extraoficial de La Vaquilla, muchos comercios del Centro Histórico optaban ayer por cerrar sus puertas con antelación y todos ellos, sin excepción, protegieron sus escaparates con tableros de madera que eviten daños durante tres días de desenfreno y fiesta desinhibida en los que la población de la capital turolense se multiplica por dos o por tres.


También anunció la inminente llegada de la Vaquilla el castillo de fuegos artificiales que se lanzó desde el Viaducto de Fernando Hué. La pólvora iluminó por la noche una ciudad que se sumerge desde hoy en una intensa fiesta cada vez con más seguidores.

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