La sequía y las bajas temperaturas dejan sin pastos a los rebaños del Jiloca

Los ganaderos, preocupados por el alto coste de alimentar al ovino con pienso.

Un rebaño, pastando en un barbecho de Torralba de los Sisones, en el Jiloca.
Un rebaño, pastando ayer en un barbecho de Torralba de los Sisones, en el Jiloca.
José Ignacio Cantín

A los ganaderos del Jiloca, el Altiplano y el entorno de la capital turolense no les salen las cuentas. Las bajas temperaturas y, sobre todo, la falta de lluvias –una situación que se arrastra desde el pasado invierno– han dejado sin pastos al ganado justo en la época en que, tradicionalmente, más abundantes son.


La situación afecta a unos 200 pastores, los cuales, con alrededor de 70.000 cabezas de ganado en total, no ocultan su preocupación por los gastos añadidos que tendrán que afrontar este año al tener que contribuir con pienso y forraje a la alimentación silvestre de sus animales en plena primavera.


"Otros años por estas fechas, las ovejas se alimentan al 100% en el monte y en los campos en barbecho. Al no ser así esta vez, los costes se nos están multiplicando", explicó ayer Manuel Gambaro, que cuida de 1.200 cabezas en Torre los Negros. Según calculó este ganadero, cada animal consume diariamente en torno a medio kilo de pienso, lo que en su caso supone un gasto de más de 100 euros al día.


Las lluvias primaverales, muy abundantes en otras zonas del país, no lo han sido tanto en la mitad sur de la provincia, donde, en el mejor de los casos, han caído entre 13 y 18 litros por metro cuadrado. Si a ello se suma el frío de los últimos días, con temperaturas de hasta un grado bajo cero, como ocurrió en algunos municipios del Jiloca la madrugada del pasado lunes, el resultado es que la hierba ha paralizado su crecimiento.


Escasa regeneración del sector


"Los pastos son muy escasos este año y, por lo tanto, el ovino viene cargado de gastos", advirtió el presidente provincial del sindicato agrario Asaja, José Manuel Cebollada. En su opinión, la difícil situación que se vive a causa de la sequía no ayudará en nada al proceso de regeneración de la ganadería en Teruel. "En este sector está garantizado el trabajo y el esfuerzo, pero la viabilidad económica no, por ello es complicada la incorporación de jóvenes ganaderos", manifestó el sindicalista. "Si no se invierte la política de precios –agregó–, no habrá nuevos profesionales".


Otro ganadero, Pablo Galve, de Villafranca del Campo, explicó que en este municipio hay un problema añadido, y es el excesivo número de ovejas, alrededor de 14.000, lo que hace que los pastos resulten aún más escasos. Tanto es así que muchos pastores optan por alquilar campos con hierba en otras localidades, incluso fuera de Aragón. "El monte está ya pelado", subrayó.

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