Un hito aragonés a punto de desmoronarse

El peirón de Huesa, el más alto de Aragón, amenaza con un inminente derrumbamiento. La DGA dice que no dispone de recursos para afrontar la restauración.

Miguel Ayete muestra el derrumbamiento de la base del peirón que ha obligado a apuntalarlo.
Miguel Ayete muestra el derrumbamiento de la base del peirón que ha obligado a apuntalarlo.
A. G./B.

El peirón de San Miguel de Huesa del Común, del siglo XVII y considerado el más alto de Aragón con sus 7,5 metros de altura, amenaza con desmoronarse en cualquier momento. La acción de los agentes atmosféricos, el paso del tiempo y la desidia han convertido este singular elemento arquitectónico en una ruina. Aunque los achaques se remontan a la segunda década del siglo XX, cuando un albañil de la localidad hizo algunos remiendos en la base para cerrar sus grietas, la alarma saltó a finales de 2015 con el derrumbamiento de una de las cuatro caras del cubo de ladrillos sobre el que se levanta el fuste.


El Ayuntamiento tuvo que intervenir de forma urgente, y a mediados de enero apuntaló las cuatro caras del peirón como solución de urgencia para evitar que termine por el suelo cerrando así una historia de tres siglos. A partir de ese momento, se han sucedido las peticiones de ayuda del Consistorio a todas las instituciones para conservar esta seña de identidad de un pueblo de 73 vecinos.


De momento, ha respondido la Diputación Provincial, que mandó a un técnico para evaluar la situación y plantear posibles soluciones. El Departamento de Educación y Cultura medita su respuesta. Primero quiere determinar quién es el titular de la pieza. Si es de propiedad municipal, el Consistorio podrá optar a la financiación del 1,5% Cultural, una línea de ayudas del Gobierno central. En caso de que la titularidad sea privada, se le recordará al propietario el deber de conservar el monumento. En cualquier caso, el Gobierno aragonés reconoce que no dispone de recursos propios para afrontar el problema.


Miguel Ayete, un vecino que ha estudiado a fondo la historia del peirón –se levantó con finalidad devocional y de señalización–, está convencido de que, si no se restaura con urgencia, se vendrá abajo "con el primer temporal". Ayete repasa las distintas iniciativas restauradoras surgidas en el pueblo para preservar el pilar, incluido un primer apuntalamiento por voluntarios en 1998.


Un particular, preocupado por la creciente inclinación del peirón, mandó en 2004 una oleada de cartas a organismos oficiales y medios de comunicación para buscar ayuda y dar a conocer la situación. La iniciativa, que denominó ‘S.O.S. para el peirón más alto de Aragón’, tuvo una segunda edición a finales de 2015, aunque con un tono y un título más negros, ‘El principio del fin del peirón más alto de Aragón’. La asociación cultural local ‘Castillo de Peñaflor’ organizó también rifas y una venta de figuras a escala de 30 centímetros con el objeto de recaudar fondos. Se vendieron 50 réplicas pero el fruto de las ventas solo sirvió para pagar el molde. La recaudación de las donaciones y de distintas actividades permitió encargar una memoria valorada como primer paso para una restauración que no llegó.


El último achaque del peirón ha acentuado su inclinación, que ya es insostenible y que no deja de acrecentarse. La campaña de denuncia a través de redes sociales, cartas y correos electrónicos que lidera Miguel Ayete ha hecho reaccionar a la Administración, y en primer lugar a la más cercana. El alcalde, Jerónimo Gracia, se muestra partidario de una "reconstrucción" completa del monumento reutilizando los materiales originales aprovechables. Opina que sería más barata que una restauración integral, presupuestada en un proyecto de 2006 que no se ejecutó en casi 20.000 euros.


La precaria situación del peirón propició su reciente incorporación a la Lista Roja del Patrimonio que elabora Hispania Nostra, un compendio de los 800 monumentos y bienes culturales más amenazados del país. La asociación catalogadora, que vela por el acervo español, justifica el triste privilegio de incorporar el monumental hito de Huesa al listado por su riesgo de "derrumbe inminente". Resalta también su condición de campeón de Aragón por su excepcional altura y su valor artístico.


La desidia, la mala gestión y hasta la mala suerte se han aliado para desembocar en la desesperada situación actual. Ayete cuenta que en 2004 la DGA comunicó "mediante una llamada telefónica" al Ayuntamiento su disposición a restaurar el peirón y la Comarca de las Cuencas Mineras concedió una subvención de 6.000 euros con el mismo fin. La actuación del Gobierno aragonés se frustró porque el Consistorio debía aportar el proyecto y no lo hizo y la ayuda de la institución comarcal se derivó a otros fines. Una década después, el pilar lleva camino, como señala el erudito local, de quedar reducido "a un montón de escombros".

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