Una tormenta obliga a rescatar a un grupo de excursionistas aislados por una riada en Villel

La tromba de agua llenó las calles de barro e inundó los bajos de decenas de viviendas en la localidad, en Villastar y en Villaspesa

Una calle de Villel, convertida en un lodazal por el desbordamiento de una rambla.
Una tormenta obliga a rescatar a un grupo de excursionistas aislados por una riada en Villel
Antonio García/bykofoto

Una familia de tres miembros tuvo que ser desalojada por los bomberos de su casa en las afueras de Villel y un grupo excursionista –formado por dos adultos y dos niñas de 9 y 2 años– fue rescatado por la Guardia Civil tras quedar aislado por la crecida la rambla de Chartera, que registró una repentina avenida debido a la fuerte tormenta registrada al sur de Teruel. La tromba de agua y granizo provocó la inundación de los bajos de media docena de casas en la localidad y otras diez en la vecina Villastar. También causó problemas circulatorios e inundaciones de platas bajas en Villaspesa y complicó el tráfico por la N-330, aunque sin llegar a cortarla. Afortunadamente, no se produjeron daños personales, aunque los materiales fueron cuantiosos.


La situación más comprometida se dio en Villel, donde la crecida que registró el río Turia dificultó el desagüe del barranco de Chartera, cuyo cauce, pegado al casco urbano, se desbordó dirigiendo el agua a través de las calles. La plaza de Tadeo Calomarde y la calle Nueva se vieron invadidas por una avalancha de agua, barro y piedras. En algunos puntos, el pavimento quedó cubierto por medio metro de grava y lodo.


El alcalde, Juan José Rodero, explicó que los residentes en un molino situado cerca de la rambla de Chartera se "asustaron" al ver el desbordamiento del barranco, pidieron ayuda y fueron rescatados por efectivos del parque de extinción de incendios de Teruel. Tras el descenso del nivel de la riada, la familia, formada por una pareja y su hija de 16 años, pudo regresar a su domicilio.


El desbordamiento de la rambla que discurre junto al pueblo arrastró un vehículo aparcado en las cercanías y varios contenedores de cristal. Además, anegó una cochera cercana, donde el agua alcanzó dos metros de altura. A los daños en viviendas, hay que sumar las abolladuras provocadas por el granizo en los capós y techos de los vehículos.


La Guardia Civil alertó a la localidad de Libros, situada junto al Turia aguas abajo de Villel, de la crecida del río, que no llegó a desbordarse. Como medida de precaución, se desalojó el bar situado junto a las piscinas. En Villastar la tromba de agua provocó inundaciones en viviendas y también derribó farolas. Un árbol se desplomó sobre un vehículo que circulaba por la travesía aunque sin causar daños a sus ocupantes.