​De Museo del Jamón a vivero de emprendedores

El espacio expositivo de Calamocha, cerrado desde su inauguración en el 2003, se convertirá en un centro de iniciativas empresariales y albergará un laboratorio agroalimentario.

Antiguo Museo del Jamón, en Calamocha
​De Museo del Jamón a vivero de emprendedores
M N.

Reinventarse o morir: esta es la máxima que pretende desde hace unas semanas el Museo del Jamón de Calamocha, tras encontrarse inutilizado desde su inauguración en 2003. Está ubicado en el polígono agroalimentario de la localidad, a las puertas de la autovía Mudéjar y allí se encuentran otras empresas dedicadas al sector como Comercial Logística, Jamcal o CEJI. Ahora, su planta calle se encuentra a la espera de reconvertirse en un vivero empresarial. El objetivo es que, a corto plazo, se convierta en un semillero de emprendedores que quieran establecerse como empresa, y según apuntan desde el consistorio, ya existe alguna interesada.


“Con esta iniciativa, además de darle uso a un edificio que teníamos parado desde 2003, pretendemos lanzar un balón de oxígeno ante la situación laboral de la Comarca del Jiloca tras el varapalo del matadero”, explica el alcalde de la localidad, Joaquín Peribáñez. “Además, por la situación en la que se encuentra, y el potencial que siempre nos ha caracterizado en el sector agroalimentario, podemos convertirnos en un centro empresarial de referencia”, añade. La intención es que aquellas personas que quieran emprender en la comarca tengan un lugar donde ubicarse mientras comienzan su andadura, aunque la puerta tampoco se cierra para nadie ajeno a la zona, “pero lógicamente, tendrán preferencia los de aquí”, matizan desde el ayuntamiento.


El edificio consta de cuatro plantas y el vivero se ubicará en la planta calle, donde podrán alojarse hasta cinco empresas y contará con una sala de reuniones, otra más amplia de conferencias y una recepción. Los trabajos de adecuación han sido ejecutados por la empresa Hermanos Hernández 2000 SL y han supuesto un coste de 30.000 euros, financiados con los Fondos de Inversiones de Teruel de los años anteriores.


El proyecto se ha llevado a cabo en colaboración con el Instituto Aragonés de Fomento (IAF), tras la proposición por parte de el consistorio calamochino en conjunto con la Asociación del Comercio de la localidad y por ello se contempla la posibilidad de dar asesoramiento técnico por parte del IAF. Aunque en un primer momento también se contempló dedicarlo a la actividad turística, ambos entes locales pensaron que el sector agroalimenticio “tenía más potencial”.

 Un laboratorio para la investigación agroalimentaria

Además de la adecuación de la primera planta, también se han desarrollado obras en el sótano con el objetivo de convertirlo en un laboratorio de investigación agroalimentario. Y según apuntan desde el Ayuntamiento, también existe ya alguna empresa interesada en gestionarlo. El espacio se ha dividido en varias estancias y se encuentra prácticamente listo.


De momento, se desconoce a qué se dedicarán las otras dos plantas del edificio, aunque el primer edil asegura que la intención del consistorio es dedicar el “granero” –en la última planta-, a la actividad expositiva “para que nos recuerde de dónde venimos, y cuál es el pasado, presente y futuro de nuestro jamón”, matiza Peribáñez.