Una planta que quemará residuos de carbón creará 60 empleos en Ariño

El proyecto de instalación en Ariño de una 'planta de valorización de residuos' para producir electricidad a partir de desechos de carbón de las minas de esta localidad de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos podría suponer la creación de 60 puestos de trabajo. Los empleos llegarían a un territorio castigado por los sucesivos procesos de reconversión del sector minero.

La planta, promovida por el Gobierno de Aragón, el Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos y por la empresa minera Samca contará con un sistema de captura de CO2 con tecnología aportada desde la Comunidad autónoma. Su producción se estima en 380.000 megavatios anuales de electricidad, lo que equivale al consumo de 95.000 hogares. Un segundo objetivo de la empresa Teisa, que es quien desarrolla el proyecto, es usar los desechos de carbón que hasta el momento se acumulan en las escombreras de las minas de la comarca andorrana. Teisa calcula que la inversión necesaria para la puesta en marcha de la industria será de 100 millones de euros.

Autorizaciones

El proyecto ha recibido críticas de la organización Ecologistas en Acción, que sostiene que el funcionamiento de la industria "supondrá un incremento de las emisiones de CO2 a la atmósfera, gas responsable del calentamiento del planeta". En un reciente comunicado, la asociación anuncia que solicitará al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) que deniegue la autorización ambiental integrada a esa industria, a la que denomina 'térmica de Ariño'. Los ecologistas cifran en 500.000 toneladas anuales las emisiones de CO2 de la planta.

Para el comienzo de las obras de construcción, aún se requiere la autorización medioambiental necesaria, por lo que todavía no se conoce cuándo comenzarán los trabajos, cuya ejecución se puede prolongar durante un año y medio. El proyecto, no obstante, no recibió ningún voto en contra en la última Comisión de Ordenación del Territorio del Departamento de Política Territorial de la DGA.

El alcalde de Ariño, Joaquín Noé, argumentó a favor del proyecto y en contra de las críticas del colectivo ecologista que la planta eliminará desechos del carbón a cambio de unas emisiones muy reducidas. "Se quemarán 350.000 toneladas, que son residuos, y la emisión de CO2 es mínima, ya que la mayor parte del gas se captará; además, no se puede comparar la actividad de una térmica como la de Andorra, de 1.100 Megawatios de potencia, con esta, que tendrá solo 50", explicó.

Por otro lado, Noé destacó la importancia de la llegada de la planta al municipio, desde el punto de vista económico para la zona. "La instalación de la planta supone una salida importante para el sector del carbón, en un momento difícil como el que estamos atravesando, en el que peligran los puestos de trabajo. Si a ello unimos que su funcionamiento contribuye a la sostenibilidad ambiental al eliminar residuos de los lignitos que están acumulados en las escombreras, mejor que mejor", señaló.

El anuncio del desbloqueo del Decreto del carbón producido hace unos días, unido a la extensión de las ayudas a las empresas mineras deficitarias hasta el próximo año 2018, pueden contribuir a la consolidación del proyecto, tras un año en el que el sector del carbón ha tenido problemas para la continuidad de la actividad de cara a los próximos años.

En ese sentido, la posibilidad de que en los años venideros puedan llegar subvenciones oficiales para avanzar en la investigación sobre la captura del CO2 es una de las motivaciones del sector. "Queremos conseguir que en el año 2018 ó antes, el carbón sea una energía limpia, al igual que se hace ya con el gas en empresas que se dedican mediante la combustión de esta materia prima a producir ácido carbónico", explicó el parlamentario socialista en las Cortes de Aragón José Ramón Ibáñez.