Teruel

La virtud de Laín Entralgo de comprender al opuesto, descubierta por su discípulo

LITERATURA

La virtud de Laín Entralgo de comprender al opuesto, descubierta por su discípulo

La virtud de Laín Entralgo de comprender al opuesto, descubierta por su discípulo
ANTONIO GARCÍA

Pensador, filósofo, intelectual, historiador, médico, profesor, antropólogo o escritor. Pedro Laín Entralgo (Urrea de Gaén, 1908-Madrid, 2001), fue conocido por muchas cosas en su vida, pero quizá no todos supieran valorar justamente su especial empeño en que el ser humano intentase comprender a aquel que piensa distinto a él, a su opuesto; una virtud, o un arte, para él fundamental en la convivencia, que le llevó a elaborar, incluso, una ‘teoría de la comprensión’.


Un discípulo suyo, Diego Gracia Guillén, acaba de publicar un libro que resalta, precisamente, esta facultad del médico de Urrea de Gaén. El título, ‘Voluntad de comprensión. La aventura intelectual de Laín Entralgo’, ya dice mucho. El trabajo es una amplia monografía sobre el profesor y su obra que repasa el pensamiento de este a través de las etapas que vivió: la República, la Guerra, el Franquismo y la Transición.


Gracia Guillén presenta a un intelectual interesante y atractivo con un eje a lo largo de toda su trayectoria. “La idea de que cuando uno intenta comprender al otro, aunque piense distinto, le hace enriquecerse personalmente, es muy importante en Laín Entralgo”, dice el autor. “Esta actitud de comprensión al opuesto, tan necesaria en la historia de España, ha sido vista como un vicio y no como una virtud”, añade.


El libro, presentado esta semana en la ciudad de Teruel por el Instituto de Estudios Turolenses -una entidad que ha mostrado siempre una gran devoción por la obra de Laín Entralgo- vuelve a poner de actualidad el pensamiento de este intelectual nacido en lo que hoy se denomina la Comarca del Bajo Martín. Su publicación coincide en el tiempo con la de otra obra del propio Laín, ‘Reconciliar España’, en la que expresa sus inquietudes sobre las controversias políticas y sociales de España.

Maestro

Gracia Guillén conoció bien a Pedro Laín Entralgo. Fue uno de sus dos maestros -el otro fue Xabier Zubiri- y parece haber existido entre ellos una gran afinidad intelectual. Quizá no sea una mera casualidad que Gracia Guillén ocupe actualmente la cátedra de Historia de la Medicina en la Universidad Complutense de Madrid que ocupó Laín entre los años 1942 y 1978.


Como prueba del carácter conciliador que presidió la vida de Pedro Laín Entralgo, el autor de ‘Voluntad de comprensión’ explica que, al acabar la Guerra Civil, “intentó que el bando ganador no excluyera a la otra media España y que, por el contrario, la integrara”. De hecho, destaca que, al no conseguirlo, abandonó la Falange en el año 1956 y promovió la Transición.


A juicio de Diego Gracia, Pedro Laín Entralgo siempre pensó que el intento de anular al contrario había subyacido en la sociedad española desde el siglo XIX, cuando empezaron a sucederse las guerras civiles.


Pero Pedro Laín Entralgo no se limitó a pensar sobre la historia, la sociedad , la política y la cultura españolas, sino que aplicó sus propias conclusiones y conocimientos también al campo de la medicina. Por ello, como señala Diego Gracia, en 1963 publicó un libro sobre la relación entre el médico y el enfermo, en el que también destaca la necesidad de que el galeno se ponga en el lugar del paciente.

Máster de Bioética

El doctor Gracia Guillén trajo a Teruel ‘Voluntad de comprensión’ a propósito del desarrollo en el campus universitario turolense del módulo final de un máster de la Universidad Complutense de Madrid sobre bioética clínica dirigido por él y en el que han participado médicos y enfermeros de Teruel. El curso, ‘Presente y futuro de la bioética’, contó con algunas sesiones abiertas al público que se celebraron los pasados días 16 al 18 de junio.


La conferencia preparada por Diego Gracia Guillén, ‘Ética para la ciudadanía’, tenía como objetivo analizar qué es un ciudadano y qué espera de él la sociedad. Gracia, catedrático de Historia de la Ciencia y director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Complutense de Madrid, abre así el debate acerca de cómo debe ser el ciudadano de una sociedad democrática, en contraposición al súbdito de las épocas absolutistas. Formar a una persona en la autonomía y la responsabilidad que exigen los nuevos tiempos es el reto de la sociedad actual.


Las jornadas, desarrolladas en el salón de actos del edificio del Vicerrectorado del campus de Teruel, abordaron también la ética de las organizaciones sanitarias, el papel que juegan los comités de ética en el mundo de la salud y la ética ecológica, temas, todos ellos, a cargo de los profesores Lydia Feito Grande y Miguel Ángel Sánchez González.


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