RESIDUOS

Celadas tendrá una planta de selección de papel y plástico

El proyecto, que complementa al vertedero de residuos industriales no peligrosos de la DGA, provoca rechazo vecinal

Celadas contará con una planta de transferencia de residuos que, previsiblemente, será gestionada por la misma empresa encargada de la explotación del vertedero de residuos industriales no peligrosos proyectado en la localidad por la DGA. La instalación supondrá una inversión que rondará el millón de euros y generará 3 o 4 empleos.

 

El pleno municipal aprobó ayer, con los votos del equipo de gobierno del PSOE y la abstención del PP, licitar el arriendo de dos parcelas municipales de 61 hectáreas para la instalación de la planta de transferencia, que, según anunció el alcalde, Antonio Andrés, se limitará a clasificar y empaquetar plásticos, papel y cartón para su remisión a centros de reciclado de Zaragoza. El salón de plenos registró un lleno absoluto durante la sesión debido a la oposición que los dos proyectos de tratamiento de residuos despierta en gran parte del vecindario.

 

El socialista Antonio Andrés afirmó que el proyecto del vertedero es totalmente independiente de la planta de transferencia. Andrés aclaró que los pormenores de esta última actividad no se conocerán hasta que se reciban las propuestas para arrendar las dos parcelas municipales. Aseguró que, de los residuos que se tratarán en esta instalación, "no se quedará ni un gramo" en el pueblo. El arrendatario pagará un alquiler mínimo de 9.000 euros anuales, aunque solo ocupe parcialmente las fincas. El plazo de arrendamiento es de 10 años, prorrogables por otra década.

 

La portavoz del PP, Raquel Clemente, manifestó su sospecha de que ya existe un preacuerdo entre el Ayuntamiento y la empresa que pretende montar la planta de transferencia. Según indicó, el concurso para el arrendamiento de las fincas municipales es "a medida" de la compañía interesada. El PP denunció falta de información sobre el proyecto y considera que su emplazamiento debería situarse junto al previsto vertedero industrial, que, según los concejales populares, debería cambiar también de ubicación.

 

El PP considera, como gran parte de la población, que la localización del vertedero de residuos industriales comporta riesgo de contaminación de acuíferos y, en caso de lluvias torrenciales, podría arrastrar vertidos hasta el mismo casco urbano. El alcalde aseguró que el emplazamiento previsto es el mejor posible por las condiciones del terreno. Aunque admitió que pudo faltar información al vecindario, achacó el revuelo generado por este proyecto a intereses políticos.

 

El pleno evidenció el profundo malestar vecinal por los proyectos del vertedero y la planta de transferencia. Una asistente calificó estos planes de "barbaridad". Durante la sesión se escucharon manifestaciones de desaprobación que llegaron a tachar la postura municipal de "dictadura".