Absuelto un vecino de Teruel que estaba acusado de corrupción de menores

La Audiencia Provincial considera que el testimonio de los dos adolescentes no tiene la credibilidad suficiente

La Audiencia Provincial de Teruel ha absuelto a un hombre aquejado de parkinson, Ángel P., de 50 años de edad y vecino de la capital turolense, del delito de corrupción de menores del que era acusado y por el que el Ministerio Fiscal le pedía una pena de 4 años de prisión.

El Tribunal considera que el testimonio ofrecido por los dos menores que declararon como víctimas en el juicio celebrado por esta causa el pasado 31 de octubre, no tiene la credibilidad suficiente. Los dos chicos, de 15 años de edad, relataron que, estando en la calle, Ángel P. les propuso ir a su casa a ver una película pornográfica y mantener relaciones sexuales con él a cambio de dinero. Contaron, además, que en un momento dado, el procesado cogió a uno de ellos por el brazo y lo sujetó fuertemente sin dejarlo escapar hasta que el menor pudo agacharse, coger una piedra y tirársela a la cabeza, logrando así zafarse del adulto.

La sala no considera suficientemente acreditado que el acusado, tal y como relatan los muchachos, pudiera perseguirles y agarrar con fuerza a uno de ellos por el brazo para obligarles a mantener relaciones sexuales. Para los magistrados, esta versión no resulta creíble porque, según los informes médico-forenses, el hombre sufre la enfermedad del parkinson “proceso crónico y progresivo por la degeneración neuronal con temblores, enlentecimiento y dificultad de movimientos y rigidez e inestabilidad postural”, lo que le obliga a deambular con muletas.

Valoran también los jueces que tampoco los menores denunciaron los hechos ocurridos. Fue el acusado quien, a raíz de la herida sufrida en la cabeza, acudió a la Policía para denunciar los hechos. Cuando los dos adolescentes fueron llamados para declarar ante la Policía como presuntos autores de la agresión, dijeron haber sido víctimas del intento de Ángel P. de mantener relaciones sexuales con ellos.

El procesado, que en noviembre de 2016 fue condenado a un año de prisión por el mismo tipo de delito que ahora se le imputaba, corrupción de menores, denunció en el juicio que, a menudo, autores desconocidos rompen los cristales de su casa o tiran piedras a su tejado. “Soy inocente; solo quiero que, por favor, me dejen en paz”, dijo al terminar el juicio.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión