El Torico ya luce su pañuelo rojo

La emoción de los dos peñistas de Ultramarinos retrasó la puesta del Pañuelico entre gritos de ánimo.

Javier Nájara y Eduardo Rueda subidos a la fuente en una abarrotada plaza del Torico.
Javier Nájara y Eduardo Rueda subidos a la fuente en una abarrotada plaza del Torico.
Antonio García

Sin sospechar la tragedia que se produciría unas horas más tarde en la plaza de toros con la muerte del joven matador Víctor Barrio, el centro de la ciudad se encontraba abarrotado de gente que esperaba el momento en el que los dos socios de los Ultramarinos le pusieran el pañuelo rojo al Torico.


Desde las distintas calles que desembocan en la plaza Carlos Castel peregrinaban cientos de personas que, atraídas por el bullicio y siguiendo las riadas de vino que manchaban el suelo del Centro Histórico, cogían sitio para poder ver de cerca la ascensión de los peñistas a la fuente.


Al grito de "¡Agua, agua!" los vecinos de la plaza y de los alrededores asomados a los balcones lanzaron cubos para refrescar los 34 grados que marcaban los termómetros turolenses.


Gorros de todos los colores para protegerse de un sol que brillaba con fuerza, disfraces, pistolas de agua y pelotas de playa que sirvieron de entretenimiento durante la espera, formaban parte de una imagen en la que predominó el color morado del vino del que se habían teñido las tradicionales prendas blancas.


Saltando, coreando y aplaudiendo al ritmo de la música de las charangas se animaba el público a escasos minutos de la puesta del Pañuelico.


Tras el toque del Campanico, los Ultramarinos descendieron por la calle Amantes con el pañuelo en alto y se abrieron paso entre las 7.000 personas que llenaban la plaza hasta llegar a la fuente en la que esperaban sus compañeros preparados para ayudar a Javier Nájara y Eduardo Rueda en su escalada. Una subida que costó y que resultó complicada. "Yo creía que iba a ser más fácil pero me temblaba todo", explicó Javier al bajar. "Cuando he llegado al Torico he empezado a buscar a mis amigos y conocidos, ha sido una experiencia inigualable", comentó.


"He sentido un cúmulo de emociones. Desde ahí arriba se ve a una marea de gente gritándote y animándote. Es indescriptible", declaró su compañero, Eduardo Rueda.


"Ha costado un poco este año. Incluso hemos pensado que se les había caído el pañuelo pero todo ha salido bien y se ha notado el compañerismo que hay entre ellos", explicó emocionada María del Carmen.


Cada año es mayor el número de personas que se acerca a Teruel para conocer la Vaquilla. "Nos hablaron de lo divertidas que eran estas fiestas y nos entró el gusanillo. La verdad es que repetiremos" afirmó Isabel, residente en Barcelona.


"Nosotros venimos todos los años. Es una fiesta que nos gusta mucho, se nota que la gente tiene ganas de pasárselo bien", comentó Lucas, que viene desde Valencia.Programa para este domingo


Todavía quedan dos días de fiesta por delante hasta la retirada el lunes por la noche del pañuelo al Torico.


Este domingo se celebrará a las 12.00 una misa en honor al Santo Ángel Custodio en el salón de plenos del Ayuntamiento de Teruel.


Por la tarde a las 17.00 las peñas vaquilleras desfilarán por el Viaducto Nuevo, la avenida de Sagunto, la calle Córdoba y la calle Granada hasta llegar a la plaza de toros, donde tendrá lugar la tradicional Merienda con la participación de 7 peñas y una exhibición de los toros de soga.

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