El acceso a Ordesa se vuelve a colapsar otro puente festivo: "Cada vez pasa más"

El día 2 se llenó el parquin de la Pradera pero no se cortó la entrada, lo que generó atascos y quejas.

El aparcamiento de la Pradera de Ordesa, lleno el pasado jueves.
El aparcamiento de la Pradera de Ordesa, lleno el pasado jueves.
Heraldo

Lo que antes ocurría dos o tres veces al año, ahora se repite cada vez con más frecuencia. El acceso al valle de Ordesa se ha vuelto a colapsar este puente del 1 de mayo, festivo para los madrileños, y lo mismo sucedió en el de San Jorge. El pasado jueves el parquin de la Pradera, con capacidad para 400 vehículos, se completó, aunque siguieron entrando visitantes porque no se cortó la carretera, cuando lo habitual es cerrarla. Esto generó un importante colapso en la principal entrada al Parque Nacional, que tiene pendiente un plan de mejora de la movilidad.

"La gente subía porque la carretera estaba abierta pero no podía aparcar y daba vueltas y vueltas. Algunos se quedaban en doble fila para ver si quedaba un hueco. Fue caótico", ha reseñado un trabajador, asegurando que los propios visitantes se preguntaban por qué no bajaban la barrera para al menos no tener que recorrer los 7 km hasta allí.

El plan rector obliga a cortar la A-135 en el puente de los Navarros cuando el parquin alcanza el cupo máximo. Sin embargo, a diferencia de otras veces, la barrera no se bajó y los vehículos siguieron entrando. La razón es que los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) rechazan tener responsabilidades de tráfico porque la competencia es de la Dirección General de Carreteras.

Finalmente tuvo que acudir la Guardia Civil para al menos informar a los usuarios y evitarles el recorrido desde el citado puente a la Pradera. Según Carreteras, aunque ellos dan la orden, es el parque el que tiene que comunicar que el área de estacionamiento está llena "y esa información al parecer no llegó".

Tampoco funciona el pórtico luminoso en la entrada a Torla para dar cuenta de las restricciones. Según fuentes del parque, lleva meses sin estar operativo, después de la polémica por su impacto visual en la principal entrada al espacio protegido.

Una situación parecida se vivió en el puente festivo de San Jorge, el sábado 20 de abril, según ha confirmado la directora del parque, aunque ese día sí se cortó el acceso. Elena Villagrasa ha explicado que el 2 de mayo el parquin se llenó pero no se cerró la carretera para evitar que siguieran entrando vehículos. Ha recordado que esta es una responsabilidad de Carreteras y la de ordenar el tráfico, de la Guardia Civil, no de los APN. 

"Los agentes están para hacer cumplir el plan rector y evitar que lleven el perro suelto o tiren basura. Cuando los cortes eran puntuales lo hacían voluntariamente, pero cuando cada vez pasa más y ya es un tema rutinario... Hay una reivindicación de que cada cuerpo atienda su función", ha señalado.

El pasado jueves se completó otra vez el aparcamiento.
El pasado jueves se completó otra vez el aparcamiento.
Heraldo

La directora reconoce que la situación conllevó "que hubiera gente dando vueltas por la carretera, algo innecesario y además peligroso". Este viernes no se repitió, "pero porque hace mal tiempo, si el sábado hace bueno, volverá a pasar". 

Se está preparando un protocolo para que los APN den instrucción de corte pero sin ser los responsables de ordenar el tráfico. La solución, según Elena Villagrasa, sería aumentar el periodo de funcionamiento del servicio de autobuses a todos los puentes festivos, pero el transporte público depende del Ayuntamiento de Torla.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido tiene pendiente un plan de mejora de la movilidad, ahora en proceso de participación pública, para regular los accesos y atajar la masificación. En 2023, cerró 25 días por exceso de visitantes. Una opción sería un sistema de reserva previa, que el municipio de Torla ve con recelo.

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