Así será el tobogán de Panticosa: el más empinado del mundo y uno de los más largos

Los 3 km se recorrerán en trineos con capacidad para un adulto y un niño o niña de hasta 8 años de edad a una velocidad máxima de 40 km/h.

Sierra Nevada es la única estación de España que tiene un tobogán de montaña, aunque es más corto y de menor desnivel que el proyectado en Panticosa.
Sierra Nevada es la única estación de España que tiene un tobogán de montaña, aunque es más corto y de menor desnivel que el proyectado en Panticosa.
Sierra Nevada

El Ayuntamiento de Panticosa espera inaugurar a finales de verano de 2025 su espectacular tobogán de montaña que recorrerá la zona de las pistas de la estación de esquí durante todo el año. Un ambicioso proyecto cuyo coste se ha disparado de los 4,5 a los 6,1 millones de euros por la implementación de medidas para garantizar al máximo la seguridad. 

Sus 3 kilómetros de longitud lo convertirán en uno de los más largos del mundo, por detrás del Tobotronic de Andorra (5,3 km), y sus más de 700 metros de desnivel harán que pueda presumir de ser el más empinado, superando los 640 m de Mieders (Austria), que tiene un trazado de 2,8 km.

Este tobogán de montaña será monorraíl, es decir, con trineos que corren sobre rieles y que no pueden salirse de la pista. Su trazado discurrirá desde la estación de esquí hasta el aparcamiento con distintos atractivos, un punto fotográfico, curvas de distinta velocidad, inclinaciones... 

Funcionará por gravedad, como una montaña rusa convencional. Los asientos de los trineos tendrán capacidad para un adulto y un niño o niña de hasta 8 años. Los cálculos iniciales estiman una afluencia media de unas 5.000 personas al mes, más los picos del verano.

Del diseño inicial de 3.377 m se ha recortado a 3.000 m ya que se detectaron problemas por la necesidad de construir más puentes y túneles para atravesar el camino; la coincidencia de la salida del tobogán con la zona de debutantes; y una distancia demasiado alejada entre la zona de llegada y el telecabina. 

Por ello, se planteó una nueva ruta que evita la afección a infraestructuras ya existentes y al medio natural y en la que se mejora la seguridad, disminuyendo la longitud del recorrido y reduciendo el impacto ambiental, especialmente en la zona de bosque denso ya que el recorrido se realiza por las áreas más abiertas de arbolado. 

Para salvar los diferentes obstáculos del terreno, se han diseñado cinco puentes -en el inicio del recorrido, el cruce con la pista de circulación de vehículo a la altura de la estación motriz de la telecabina, el cruce con el bikepark, el cruce con dos pistas de circulación de vehículos y al final del recorrido- y varios túneles de unos 10 m de largo "para dar impresión".

El cliente puede ajustar manualmente la velocidad y da opción a tener una experiencia "de alta adrenalina para los más osados y más calmada para quienes lo prefieran". Al llegar a la parte inferior del recorrido, se detendrá en una zona especial de frenado automático. Además, el raíl tiene un sistema que evita el descarrilamiento

El estudio de impacto ambiental valoró la opción de un tobogán de montaña multirraíl, que ofrecería una mayor velocidad, pero se desechó porque tenía más desventajas como el encarecimiento del coste de instalación y de mantenimiento. 

Hay muy pocos ejemplos de toboganes de montaña en España y todos ellos son de menor longitud que el de Panticosa. Uno es Mirlo Blanco, en una zona de ocio para no esquiadores en Sierra Nevada (Granada), y tiene un trazado de 550 m con curvas peraltadas, badenes y rectas en trineos para dos personas a una velocidad máxima de 40 km/h. Y el otro es el Calafell Slide, en Tarragona, un tobogán de verano gigante con una longitud de 700 m en la montaña Escarnosa.

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