Así es una carretera 2+1

El Ministerio de Transportes redactó en 2021 una norma con recomendaciones para el diseño de este tipo de vías híbridas entre las convencionales y las autovías y autopistas.

Vías 2+1
Vías 2+1
K.U.

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible se ha fijado en Aragón como banco de pruebas para testar los resultados de las nuevas carreteras 2+1, que ofrecen una mejora de la seguridad vial intermedia entre las convencionales y las autovías o autopistas con un coste económico y un impacto medioambiental muy inferior al de estas últimas. 

¿Qué características tienen? El Ministerio, a través de la Dirección General de Carreteras, aprobó en 2021 una norma con recomendaciones para el diseño de estas vías híbridas que disponen de un carril por cada sentido más otro adicional interior que permita el adelantamiento de forma segura y que se va alternando entre los dos sentidos. 

En concreto, un modelo tipo consistiría en una carretera con dos carriles -uno por sentido- de 3,5 metros de anchura y otro de adelantamiento de entre 3,25 y 3,5 metros -para impedir que los vehículos desarrollen velocidades demasiado elevadas- con una longitud de entre 800 y 2.000 metros. Y en medio, una separación central de entre 1 y 2 metros de achura con una barrera física para separar ambos sentidos.

Entre sus principales ventajas, destacan la mejora de las condiciones de seguridad respecto a la carretera convencional; el aumento de las velocidades medias de recorrido; la considerable reducción en el coste de construcción respecto a una autopista/autovía; y menores afecciones ambientales; y facilitar el adelantamiento de vehículos lentos donde su presencia resulte significativa. A todo ello hay que unir la reducción del estrés para los conductores al conocer con antelación que disponen de zonas seguras para adelantar a lo largo de su itinerario. 

Así pues, el objetivo final es eliminar los accidentes por choques frontales o frontolaterales que pueden producirse como consecuencia de las maniobras de adelantamientos en las carreteras convencionales. Y es que, según los estudios, tiene una eficacia del 33% en la reducción de la siniestralidad ya que se elimina la necesidad de invadir el sentido opuesto. 

Este tipo de soluciones se consideran adecuadas para aquellas carreteras convencionales con una cantidad significativa de tráfico lento por el paso de vehículos pesados en porcentajes superiores el 10%, y con limitaciones en la visibilidad para los adelantamientos, lo que merma el nivel de servicio de la vía.  

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