Los "remates finales" demoran la entrega del embalse de Almudévar
La puesta en carga durará dos años por lo que no estará plenamente operativo hasta finales de 2026 o principios de 2027.
El grueso del embalse de Almudévar está prácticamente ejecutado al 100%, pero los "remates finales" de esta inversión que supera los 115 millones de euros van a retrasar la entrega definitiva de las obras se demorará hasta finales de este año. Inicialmente se barajó septiembre de 2023 y luego marzo de 2024.
Una vez acabada la obra civil por parte de la UTE –formada por Sacyr, Lantania, Vías y Sogeosa– comenzará el plan de puesta en carga para garantizar la seguridad de esta balsa con capacidad para 169 hectómetros cúbicos y dos grandes diques, de 2,4 y 3,5 kilómetros de longitud. Un período de pruebas que podría alargarse un mínimo de dos años por lo que el embalse no estará plenamente operativo hasta finales de 2026 o principios de 2027.
Tal y como explica el director de la obra, el ingeniero de la Confederación Hidrográfica del Ebro Raimundo Lafuente, uno de los trabajos que está pendiente de finalizar son las excavaciones arqueológicas en el yacimiento del Morrón del Villar, en el vaso del embalse, donde salieron a la luz los restos de la antigua aldea medieval de Fornillos de Violada. "Estamos acabando de documentar lo que hemos encontrado allí en colaboración con la dirección general de Patrimonio del Gobierno de Aragón", señala.
Traslado de un muro medieval a la nueva ermita
Además, esta misma semana ha comenzado el desmontaje, piedra a piedra, del muro medieval de la antigua ermita de Santo Domingo, situada en medio del vaso y a un kilómetro aguas arriba del dique oeste, bajo supervisión también de Patrimonio. Las otras tres paredes y la cubierta se han demolido porque no tenían valor, pero este muro sí y se trasladará a una colina para volver a montarlo en una nueva ermita que se va a construir a salvo de la inundación. "Estará en un alto con vistas a todo el embalse y se acondicionará un camino para que se pueda llegar", destaca.
También falta por llevar a cabo las revegetaciones y plantaciones ya que tienen que esperar a la época propicia, que comienza a partir de abril. "Si sembramos ahora va a ser un fracaso así que es mejor esperar", destaca Raimundo Lafuente.
"Son remates que al final llevan mucho tiempo desde que parece que está acabada la obra hasta que realmente se puede entregar", subraya el director del proyecto. De allí que el plazo de entrega se vaya a tener que ampliar unos meses más.
La fecha de inicio de la puesta en carga tampoco se conoce aún ya que para ello es imprescindible que haya excedentes suficientes (169 hm3) de los ríos Cinca y el Gállego para desarrollar los trabajos de llenado y vaciado. Habrá que esperar a que primero estén satisfechas las demandas de Riegos del Alto Aragón, una vez acabe la campaña.
"Es un proceso lento porque está sujeto a la disponibilidad de agua y, además, hay que llenar a una velocidad moderada para que, si se detecta algún problema, poder vaciar. Y luego, mantener el agua y hacer vaciados para comprobar la estabilidad de las laderas", aclara. Con todo, el agua que se deseche durante esos desembalses parciales ya se podrá utilizar para riego.
Cabe recordar que Almudévar actuará como una gran balsa de almacenamiento de los caudales sobrantes del Cinca y el Gállego, que podrán ser utilizados en años de sequía como el pasado.
El contrato se adjudicó en 2014 pero el retraso en las expropiaciones demoró el inicio oficial hasta noviembre del 2017. Antes de empezar a levantar los dos diques, uno en el municipio de Huesca y otro en el de Almudévar, hubo que analizar los materiales de la zona ya que se han hecho con tierras excavadas en el propio embalse. Para ello se preparó un terraplén de ensayo, una presa a escala que sirvió de laboratorio y campo de pruebas.
Reclaman nuevas regulaciones
Desde Riegos del Alto Aragón ya han reivindicado que, aparte de Almudévar, necesitan más obras de regulación para aprovechar los excedentes del Gállego. Y tienen el apoyo del Gobierno de Aragón ya que Jorge Azcón anunció que pediría al Ministerio para la Transición Ecológica que rescate el proyecto del embalse de Biscarrués, anulado por el Supremo en 2022 tras una larga batalla judicial de los ayuntamientos afectados y los ecologistas.
