A 13 bajo cero y solo en el refugio más alto del Pirineo: "No es lo más bestia que he vivido"

El único guarda actual de Cap de Llauset, Mikel Lorente, intenta salir estos días salir al exterior "lo mínimo posible" porque al regresar "tienes las manos casi casi insensibles", afirma.

Mikel Lorente, guarda del refugio Cap de Llauset.
Mikel Lorente, guarda del refugio Cap de Llauset.
M. L.

Aragón se prepara para la llegada este miércoles de una DANA con un aviso por nevadas (más de 10 cm) por encima de los 700 metros en la provincia de Huesca. Y junto a ello, seguirá el frío que, con especial intensidad, llevan sufriendo los refugios guardados de montaña desde hace varios días. Cap de Llauset, el más alto del Pirineo con 2.245 m, ha llegado a marcar una mínima de 13,1 bajo cero que, con fuertes vientos de hasta 90 km/h, ha desplomado la sensación térmica hasta los -20 grados.

La previsión meteorológica ya anunciaba un cambio de tiempo, de allí que ningún montañero se haya decido a reservar alojamiento. Pero el refugio está abierto y estos días lo mantiene un solo guarda, Mikel Lorente, quien asegura que lo peor no es tanto las temperaturas mínimas como que las máximas en las últimas jornadas se hayan quedado solo en 7 u 8 bajo cero. "No es lo más bestia que hemos vivido aquí, pero ya dejan el refugio y el cuerpo fresquito", bromea. 

En este tipo de condiciones típicamente invernales, suele salir del refugio "lo mínimo posible", limitándose a tomar los datos de la estación meteorológica para enviarlos a la Aemet "y de paso palear un poco la nieve de las entradas para que no se acumule mucho". Pero después de 30 o 40 minutos fuera, "cuanto vuelves dentro, tienes las manos casi casi insensibles y de hecho sientes esa recirculación de la sangre que te produce una quemazón en los dedos", explica. Para no tener problemas de salud, en su caso intenta tomar muchas infusiones y comer bien "porque te da una base fisiológica para aguantar mejor". 

Los últimos clientes del refugio se marcharon el pasado 4 de enero y hasta el próximo día 20 no esperan la llegada de nadie más. A él todavía le falta casi una semana de estancia en solitario ya que el lunes se le acaba el turno y sube otro compañero a relevarle "con fuerzas renovadas".

El refugio de Cap de Llauset (2.425 m) lleva varios días seguidos sufriendo los rigores del invierno más crudo

Al no haber usuarios dentro del refugio, la temperatura interior también es más baja de lo normal. Pone como ejemplo que en estas últimas mañanas, cuando ha salido a desayunar, marca solo 4 grados en la propia estancia "con lo que en cuanto pones el huevo frito en el plato, tienes que comértelo muy rápido para que no se enfríe". 

Cuando las previsiones anuncian estos períodos de frío intenso, siempre revisan que puertas y ventanas estén bien cerradas y que en el exterior esté todo bien sujeto para evitar que nada salga volando con el viento. Además, una de las mayores preocupaciones es que llegue a congelarse el agua y por ello verifica dos veces al día que siga corriendo en todos los grifos. 

Aunque no tiene el dato concreto, este guarda estima la mínima más baja que han llegado a registrar en Cap de Llauset ha rondado los 16 o 17 grados bajo cero.

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