Solemnidad y tradición en la liturgia secular del Tota Pulchra celebrada en Huesca
La celebración ha estado presidida por el administrador diocesano, Julián Ruiz, con asistencia del cabildo catedral, la corporación municipal y el claustro de profesores del instituto Ramón y Cajal.
El Tota Pulchra, oficio de vigilia de la Inmaculada, es una de las grandes festividades marianas que se celebra anualmente en la catedral de Huesca la tarde del 7 de diciembre. Este jueves ha vuelto a oficiarse con la solemnidad y afluencia que la caracteriza y que en 2014 la hicieron merecedora de la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC).
La ceremonia ha estado presidida por el obispo Julián Ruiz, administrador apostólico de la Diócesis de Huesca y que el próximo día 23 tomará posesión como nuevo obispo de Sigüenza-Guadalajara.
Un año más, el Tota Plulchra ha contado con la participación de las tres instituciones que desde el siglo XV mantienen el voto a la Inmaculada Concepción: la académica, heredera de la Universidad Sertoriana y representada por el claustro de profesores del IES Ramón y Cajal; la municipal, representada por el Ayuntamiento de Huesca y la eclesiástica, a través del cabildo catedralicio. Esta liturgia incorpora un ritual específico en cuanto a procedimiento, usos, intervenciones musicales y de patrimonio mueble, renovado y adaptado al paso del tiempo.
El oficio realizado en Huesca toma el nombre del canto 'Tota Pulchra es, María', antigua oración escrita presumiblemente en el siglo IV, cuyo texto procede en parte del libro de Judit y en parte del Cantar de los Cantares. Este jueves se ha contado con la participación del coro de la capilla de música de la Huesca y una orquesta de músicos unidos para este acontecimiento. Ha dirigido José Vicente Pardo, profesor de orquesta y coro del conservatorio de Huesca, y ha cantado Marina Lansac.
Se conserva testimonio documental del voto realizado por las instituciones oscenses a la Inmaculada Concepción en el año 1450, con motivo de una epidemia de peste que asoló la ciudad. Sin embargo, fue otro brote virulento de esta enfermedad, en el año 1651, el que llevó a la ciudad y a sus instituciones a renovarlo el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís.
En el año 1652 se cumplió por primera vez con el voto tras su renovación. Se celebró con una procesión desde la catedral de Huesca hasta el convento de San Francisco portando la imagen de la Virgen de la Concepción, llamada también Virgen del Voto. Tras la desaparición del convento franciscano en el siglo XVII, la vigilia de la Inmaculada se ha celebrado en la catedral.
