El tren de borrascas obliga a desembalsar agua en el Pirineo tras dos años de sequía

Las presas ganan 650 hectómetros cúbicos, como para llenar Mediano y La Sotonera juntas. Las lluvias mitigan la escasez en el norte de Aragón pero apenas se notan al sur del Ebro.

Mediano estaba este sábado al 67% de su capacidad, cuadruplicando sus reservas de hace dos semanas.
Mediano estaba este sábado al 67% de su capacidad, cuadruplicando sus reservas de hace dos semanas.
Verónica Lacasa/Javier Navarro

De sufrir una pertinaz sequía a tener que abrir las compuertas de las presas para soltar agua. En apenas dos semanas, las lluvias asociadas al tren de borrascas atlánticas (Aline, Bernard, Ciarán y Domingos) han disparado las reservas en los embalses del Pirineo, aunque en el resto de Aragón apenas se hayan sentido. Las crecidas de los ríos Cinca, Aragón o Gállego por las persistentes precipitaciones han aportado unos 650 hectómetros cúbicos, un volumen de agua capaz de llenar por sí solo dos de las grandes presas, Mediano y La Sotonera.

El año hidrológico 2022-2024 empezó el 1 de octubre con las reservas de agua en Aragón en su nivel más bajo de la década. A partir del día 18 se sucedieron las lluvias con registros espectaculares como los más de 700 litros recogidos en el valle de Pineta. Las intensas precipitaciones han tenido una traslación en cuatro periodos de crecidas extraordinarias, el más intenso el del pasado jueves. El río Aragón multiplicó por 200 el caudal que llevaba antes de los aguaceros. Y el Cinca, en Escalona, pasó de 3 metros cúbicos/segundo a más de 800. Lo mismo ocurrió en el Gállego, el Ara y el Ésera.

Aforo ríos

Según la Confederación Hidrográfica del Ebro, ha sido especialmente significativa la borrasca Ciarán, que entró en Aragón esta semana provocando caudales extraordinarios, lo que ha supuesto "una mejor garantía para las reservas". 

Destaca el incremento del embalse de Mediano, que en apenas dos semanas ha multiplicado por cuatro su volumen, de 70 a 283 hm3. Estaba al 16% y ya llega al 67%, aportando incluso caudales a la presa vecina de El Grado. Lo mismo Yesa, otra de las grandes piezas de regulación, que del 25% ha subido al 65%, "muy por encima de la media de los últimos años", precisa el organismo de cuenca.

Aspecto que presentaba Mediano este sábado, con la torre casi cubierta de agua.
Aspecto que presentaba Mediano este sábado, con la torre casi cubierta de agua.
Verónica Lacasa

Con respecto al Ésera, Barasona se ha llenado al 97%, con valores del doble de la media en estas fechas, hasta el punto que el jueves se abrieron las compuertas para desembalsar agua y garantizar un nivel de resguardo ante futuras avenidas. Lanuza y Bubal, en la cabecera del Gállego, también han experimentado un aumento. Este último, hasta la primera borrasca, estaba al 9% y ahora llega al 89%.

Los embalses de la zona oriental, en la cuenca del Noguera-Ribagorzana, se han visto menos favorecidos. Sopeira ha ganado algún hectómetro, pero Canelles, el más grande del Pirineo (679 hm3), apenas se ha movido del 12 al 13%.

La abundancia general en la margen izquierda del Ebro contrasta también con las escasas aportaciones de los ríos de la margen derecha. Las entradas a los embalses del Huerva o el Bajo Ebro son casi nulas. Mequinenza, la principal pieza de la cuenca del Ebro, ha subido solo 60 hm3 y ahora está al 35%.

"En la margen derecha no se han notado las lluvias", confirma la CHE. "Estamos al principio del año hidrológico 2023-2024 y con carácter global están permitiendo recobrar la estabilidad en cuanto a la sequía, aunque todavía habrá subcuencas en mala situación por escasez", vaticina.

"Ha llegado un otoño como los de siempre" 

Los regantes, principales usuarios de los embalses, cerraron el año hidrológico 2022-2023 con los embalses vacíos y un futuro incierto de cara a la siguiente campaña. Ya llevan dos con restricciones y temían que hubiera una tercera. Pero en apenas dos semanas el panorama ha cambiado por completo. "Afortunadamente, tras dos años duros de sequía ha llegado un otoño como los de siempre", comenta José Antonio Pradas, presidente de la Comunidad de Riegos del Alto Aragón.

"No podía ir mejor. El primer episodio de lluvias ha sido muy generoso, como no llegábamos a imaginar, y nos hace afrontar el nuevo año hidrológico con optimismo. Ha sido un primer empujón espectacular para los embalses", afirma el dirigente de los regantes, mencionando las excelentes cifras de Mediano, su principal pieza de regulación, que en solo dos semanas ha multiplicado por cuatro su volumen e incluso se están derivando caudales al vecino pantano de El Grado.

Para los agricultores del Canal de Aragón y Cataluña, hay buenas y malas noticias. El embalse del río Ésera ha recibido unas aportaciones muy importantes y de hecho se ha llenado casi al completo y ha tenido que empezar a desaguar para garantizar un nivel de resguardo por seguridad ante una avenida. El sobrante se está aprovechando por lo que pueda suceder en los próximos meses.

"Los canales bajan a tope porque se está aprovechando el excedente para llenar pequeños embalses en fincas y comunidades de base, y también se está trasvasando al pantano de San Salvador, pensando en las épocas de escasez", explica José Luis Pérez, al frente del Canal de Aragón y Cataluña.

En la cuenca del río Noguera-Ribagorzana, a caballo entre las dos Comunidades y la que se encontraba en peor situación, ha llovido menos. "Es donde más se necesita, pero una vez que ha empezado el periodo de lluvias tenemos confianza porque queda mucho otoño y mucho invierno por delante", manifiesta optimista José Luis Pérez.

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