El Gobierno licita los últimos 8 km de la A-23 que acabarán con los atascos en Monrepós
La construcción del tramo de Lanave a Sabiñánigo es el único pendiente de adjudicar en el recorrido de más de 400 kilómetros entre Sagunto y Jaca.
El Ministerio de Transportes ha licitado por fin la construcción del tramo Lanave-Sabiñánigo, los últimos 8 kilómetros que quedan por adjudicar en la A-23, que enlaza las ciudades de Sagunto (Valencia) y Jaca a lo largo de más de 400 km. La demora de estas obras genera frecuentes retenciones de tráfico en temporada de esquí, en verano y los días festivos, debido al cuello de botella entre la carretera convencional y la autovía.
La Plataforma de Contratación del Sector Público del Gobierno de España abrió el pasado viernes el concurso de obras para la ejecución del denominado proyecto de terminación de la A-23, en dos tramos consecutivos, Lanave-Embalse de Jabarrella y Embalse de Jabarrella-Sabiñánigo Sur. Da así un paso definitivo después de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez anunciara a cinco días de las elecciones generales del 23-J la autorización de la licitación por parte del Consejo de Ministros.
El importe de la licitación que adjudicará la Dirección General de Carreteras asciende a 115 millones de euros (con impuestos) y el periodo de ejecución se estima en 59 meses, casi cinco años, es decir que no se podrá completar el trazado de la autovía al menos hasta el 2028.
Hay que tener en cuenta además los plazos del concurso, ya que las empresas interesadas tienen tiempo para presentar sus ofertas hasta el próximo 8 de noviembre y luego debe adjudicarse y tramitarse la firma el contrato. Cuando concluya el tramo habrán pasado tres décadas desde el inicio de las obras en el puerto de Monrepós, entre Nueno y Huesca.
El recorrido es de 8,5 kilómetros. Se inicia en el enlace de Lanave, ya construido, y se prolongará hasta Sabiñánigo, conectando con 2,5 kilómetros de autovía ya en servicio entre Sabiñánigo Sur y Sabiñánigo Este. Evitará así el cuello de botella existente en la carretera N-330, al pasar de una vía convencional a otra rápida.
Cabe recordar que hay otro tramo aún en obra, Sabiñánigo Este-Sabiñánigo Oeste. La finalización de ambos supondrá la conexión directa por autovía desde Sagunto a Jaca.
Los Presupuestos Generales del Estado del 2023 ya contemplaban una partida de 3 millones de euros que permitían iniciar la construcción este año, aunque resulta imposible que se puedan ver obras dados los plazos para resolver el concurso. El resto de la inversión está consignada para los próximos cuatro años.
La actual carretera N-330 quedará como vía de servicio a lo largo de todo el trazado, lo cual exige reponerla en varios puntos en los que interfiere con la autovía. El proyecto incluye un nuevo enlace en Ipiés y un semienlace en Sabiñánigo Sur, al final del tramo. Asimismo, se han previsto cinco viaductos, dos pasos superiores, cuatro pasos inferiores y una estructura sobre el canal de Jabarrella, que garantizan la permeabilidad transversal de la autovía.
Destacan las actuaciones de integración ambiental, con varios pasos para la fauna, cerramiento perimetral, dispositivos de escape destinados a los animales, delimitación y restauración de zonas afectadas por las obras, revegetaciones, plantaciones, gestión de residuos y programa de vigilancia ambiental.
Finalizada la A-23, queda por completar la otra autovía del Pirineos, la A-21, que enlaza con Pamplona. La conexión entre ambas será la variante de Jaca, un proyecto que se debe actualizar, ya que data de hace una década. Hasta el límite con Navarra están pendientes también los tramos Puente La Reina-Fago y Sigüés-Tiermas.
Y además sigue en obras la A-22 (Huesca-Lérida), a falta solo del tramo de Siétamo, que debería haberse inaugurado en el verano de 2021, pero que no estará como mínimo hasta el 2024, el doble del tiempo previsto.
