José Antonio Adell: "El libro es un homenaje a los párrocos que atienden pequeños lugares"

Nacido en Tamarite de Litera en 1955, es uno de los autores que mejor conoce la cultura popular de Aragón, que ha plasmado en decenas de libros.

José Antonio Adell, en el Museo Diocesano de Barbastro donde el viernes presentó su libro.
José Antonio Adell, en el Museo Diocesano de Barbastro donde el viernes presentó su libro.
José Luis Pano

Profesor, escritor, folclorista, atleta… José Antonio Adell es uno de los autores que más ha estudiado y mejor conoce las distintas facetas de la cultura popular de Aragón. Su último libro es la biografía del entrañable cura José María Cabrero, párroco de una veintena de poblaciones de la sierra de Guara. Esta publicación suma la número 44, y ha colaborado en otras 50.

Cronista de la cultura popular aragonesa, ha escrito de bandoleros, brujas, fiestas, pueblos… Solo le faltaba un cura.

Fue una propuesta que surgió cuando presenté la novela ‘La dama de Guara’ en Alquézar. Su alcalde, entonces Mariano Altemir, insistió al párroco (que va a cumplir los 80) para que se escribiera un libro sobre su vida dada su gran labor social y pastoral y lo apreciado que era. Mosén José María Cabrero no estaba muy convencido, pero al final aceptó y me propusieron como autor.

¿Qué ha visto en mosén Cabrero que le fascinase? 

Un sacerdote humilde y sencillo, que lleva veintiuna parroquias enclavadas en el Somontano y Sobrarbe, que ha restaurado veintiocho templos entre iglesias y ermitas, ha recuperado tradiciones, ha unido a los pueblos, oficia siete misas cada domingo… Además, es querido y valorado por creyentes y no creyentes, tiene dos plazas dedicadas (en Radiquero y Siétamo) y ha recibido varios premios. Cuando en el 2014 cumplió setenta años se le rindió un homenaje en el que participaron más de setecientos feligreses. 

¿Por qué este libro se está vendiendo tanto (más de mil ejemplares)? 

Por todo el afecto que se le tiene. Es también biólogo y compaginó su labor de párroco con la de profesor en el colegio Alto Aragón de Huesca más de 20 años. Sus alumnos le recuerdan con gratitud. De joven era un gran jugador de fútbol y canta muy bien la jota, que improvisa en reuniones sociales y eventos. Además, es un excelente guía de la colegiata de Alquézar, cuando debe hacerlo. 

Esta biografía se enmarca en sus libros históricos y de tradición popular porque ya no quedan curas como Cabrero.

Hay muchos sacerdotes en nuestro país que realizan una excelente labor, algunos de ellos en el medio rural. El libro quiere ser también un homenaje a tantos párrocos que atienden nuestros pequeños lugares y se encarnan en la vida cotidiana con una labor de servicio y compromiso a sus feligreses.

Viene de recorrer, con el apoyo del Gobierno de Aragón, los centros aragoneses en el exterior dando charlas sobre nuestra historia, tradiciones y patrimonio. ¿Qué tal ha ido?

Esto surgió en el Congreso de las Comunidades Aragonesas en el Exterior en el 2022, celebrado en Zaragoza, cuando me pidieron desde el Gobierno de Aragón una conferencia sobre estos temas y, a partir de ahí, varios centros solicitaron, porque les pareció interesante, que esa charla fuese llevada a sus ciudades. Hablar de Aragón en La Coruña, en Sevilla, en Elche, en Bilbao, en Albacete, en Mallorca, en Valencia o en Mollet (fueron diecinueve centros en total) y ver la excelente acogida me llegó a emocionar varias veces. Agradezco a todas las personas e instituciones que lo hicieron posible, desde la DGA y desde dichos centros. 

Con su compañero Celedonio García ha recorrido también todos los municipios de Aragón. ¿Tenemos una buena cultura en la comunidad? 

Con Celedonio García llevamos casi cuarenta años recorriendo esta tierra. Hemos visitado los 731 municipios recopilando informaciones diversas y hemos impartido más de dos mil conferencias de diferentes temáticas vinculadas a la cincuentena de libros publicados, varias en lugares recónditos con un exiguo censo. Debo decir que hay instituciones y ayuntamientos volcados en la difusión de la cultura, pero otros no están tan convencidos. 

¿Qué destacaría de nuestro patrimonio inmaterial?

Nuestro folclore y tradiciones festivas como el dance y, en especial, la jota. También nuestros juegos y deportes tradicionales, la gastronomía, la mitología y el legendario aragonés, y el patrimonio lingüístico.

Conociéndolo, ya estará pensando en su próximo libro. Cuéntenos.

Estoy trabajando en la décima novela, que como en las demás también intento que suponga una aportación al conocimiento de nuestro legado histórico y etnológico. En esta el escenario es un valle pirenaico en el siglo XVII, donde acaecieron unos hechos poco conocidos, pero que tuvieron en vilo y alarmada a toda una zona.

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