Los dos guardias civiles que auxiliaron a una parturienta: "Es la actuación con el final más feliz que hemos vivido"

"Hemos vivido situaciones de todo tipo, pero es la primera con un final tan feliz". Son palabras de los dos guardias civiles de Barbastro que en la madrugada del pasado lunes auxiliaron a una mujer que dio a luz en el arcén de una carretera de camino al hospital. Por suerte, tanto ella como su bebé se encuentran bien.

Como relataron estos dos guardias de Seguridad Ciudadana, estaban de ronda y recibieron un aviso de la central del 062 de Huesca informándoles de que una pareja se dirigía al hospital desde un pueblo de la comarca de La Litera y habían tenido que detenerse en el arcén de la carretera A-1226, a unos 5 km de Barbastro, para que la mujer pariera.

"Cuando llegamos, hacía escasos minutos que había dado a luz y estaba tumbada boca arriba y con el cordón umbilical todavía unido a la niña", explicaron.

Echada en el arcén, que era de tierra, piedras y maleza, "estaba incómoda y cogiendo frío". Junto a ellas estaba también el padre del bebé, pero se encontraba "muy nervioso y en shock".

Lo primero que hicieron fue colocar el vehículo a modo de barrera en la calzada para dar seguridad y evitar que pudieran ser atropellados. Y señalizaron e iluminaron la zona "porque estaba totalmente a oscuras".

A continuación, uno de ellos sacó una manta térmica que llevaba en su mochila y se la echó por encima a la mujer para que cogiese calor tanto ella como la niña, que la tenía puesta en el pecho. "Al ver tal cantidad de sangre y fluidos no sabíamos si podía tener una hemorragia así que continuamente le preguntábamos si tenía sueño y ella decía que sí. Le estuvimos dando conversación durante los 35 minutos que permanecimos esperando a que llegase la ambulancia para que se mantuviera despierta y de paso que moviera a la niña porque no lloraba», señalan.

Al llegar los servicios médicos, le cortaron el cordón umbilical, la estabilizaron y la trasladaron al Hospital de Barbastro. La patrulla les escoltó hasta Urgencias.

Los dos guardias civiles continuaron con el servicio y al día siguiente, que volvían a tener turno de noche, decidieron ir a ver a la madre y a su bebé al hospital y le llevaron un pequeño detalle. "A la mujer le seguía doliendo la espalda pero estaba muy contenta y agradecida, y la niña lloraba y tenía hambre, como cualquier bebé, pero estaba perfecta y muy guapa así que fue un momento muy bonito", se congratulan.

Ambos afirman que ante situaciones excepcionales de este tipo "se aprende a reaccionar con el tiempo y con la experiencia".