Los jóvenes de Ansó recogen con entusiasmo el valioso legado de los trajes tradicionales

Más de 100 personas de todas las edades participan en la 52ª edición de una fiesta declarada de  Interés Turístico Nacional y que muestra a los visitantes el rico patrimonio que es su indumentaria.

Tres parejas de novios, dos 'de calle' y una de iglesia'.
Tres parejas de novios, dos 'de calle' y una de iglesia'.
Javier Navarro

"Antes tenían que venir a buscarnos a casa para vestirnos, pero ahora nos gusta llevar los trajes que forman parte de nuestra historia", dice Diego Ipas, joven ansotano que ha portado la indumentaria de 'novio de iglesia', que es diferente del de 'novio de calle'. Los vecinos de Ansó, que este domingo ha celebrado el Día del Traje Tradicional, tenían antaño un atuendo para cada ocasión importante de la vida.

Hasta 14 modelos diferentes se han mostrado esta mañana en la pasarela colocada en la plaza Domingo Miral, debajo del Ayuntamiento. A su alrededor, los visitante han admirado las telas, los colores y los diferentes elementos que han lucido con orgullo todos los modelos. 

El traje de 'novio de iglesia' cuenta con una anguarina, una especie de abrigo holgado con mangas sin cuello ni talle que protegía del frío y de la lluvia. Este domingo hasta apetecía llevarla puesta porque durante la mañana las nubes han amagado con descargar y el viento se ha hecho hueco en los rincones de uno de los pueblos más bonitos de España, según está recogido en las guías turísticas.   

Diego Ipas ha comentado que su abuela y su madre siempre han estado involucradas en todo lo relacionado con el traje tradicional, "y nos han contagiado". A él y a su hermano, quienes junto su padre han formado parte de la estampa de la cocina, en Casa Chimena. Desde primera hora, en un caldero se hacían las migas que vecinos y turistas han recibido con gusto, por el sabor y por el frío. 

Todo novio necesita una novia. Poco antes de las 11.00, en el ropero municipal, Leonor de Taconera ha permanecido sentada mientras han terminado de colocarle las mangas, los manguitos y las cofladas (adornos de tela). El traje que ha llevado este año pesa más de 40 kilos. Soy de Ansó y me gusta participar, me hace mucha ilusión", ha comentado la joven. "Pero no siempre se puede porque a veces hay que sortear los vestidos", ha relatado. 

La demanda para lucir uno de los trajes del ropero es mayor que las más de 85 prendas que aquí se guardan y este año, por ejemplo, se ha dicho a mucha gente que no. Una de las responsables de este precioso guardarropa ha señalado que a veces es necesario adaptar los vestidos a la altura y la envergadura de las jóvenes de hoy. Desde las 5.30, varias mujeres han ayudado a colocar los vestidos y, sobre todo, a hacer el vistoso y original peinado de churros

Los más pequeños han sido los últimos en pasar por el ropero. A los bebés le han puesto el traje de bautismo, donde destaca el colorido y alegre tocado con bordados y cintas. Lleva también, a modo de escapulario, una pequeña biblia de tela. Laura Otín, de cinco meses, ha mirado con el asombro de sus ojos azules a todos los que se han acercado a contemplar su atavío. Su madre, Isabel Mendiara, cuyo abuelo era de Ansó, ha vestido el traje de fiesta, con la basquiña, la camisa blanca y un pañuelo sobre la diadema que forman los churros. "Vivimos en Zaragoza y no es la primera vez que vengo, pero este año es especial", ha señalado.

Además de los trajes, en las calles del pueblo se han contemplado recreaciones de cómo eran, por ejemplo, los comedores de las casas antiguas, con cadieras, mesas larga, alfombras y utensilios dorados para el uso cotidiano. Allí han esperado  Anne Sánchez, Marta Galindo y Ángel Laín. La primera ha explicado que el traje de cofradía que llevaba era "el que lucía la reina de las fiestas en las ceremonias a las que acudía".

Su amiga, como ella, ha destacado que "este es un día de mucho sentimiento". La joven portaba un  traje de novia de calle, más ligero que el que las mujeres lucían en la iglesia y más cómodo para continuar la celebración de la boda. El novio 'de calle' ya no llevaba la anguarina. "Intento vestirme todos los años porque me hace mucha ilusión mostrar al mundo cómo iban nuestro antepasados", ha manifestado Ángel Laín, quien además esperaba "pasarlo bien".  

Varios jóvenes bailan la Jota de Ansó.
Varios jóvenes bailan la Jota de Ansó.
Javier Navarro

La alcaldesa de Ansó, Blanca Alfonso, también con el traje tradicional, ha dado la bienvenida desde el Ayuntamiento a los visitantes y agradeció el trabajo de todos los que han colaborado en la celebración de este día. Ha recordado  que en 1971, "una niña de 6 años llevaba una basquiña y a partir de entonces aprendí a amar nuestro traje". Esa pequeña era quién ha hablado desde el balcón de la casa consistorial.

Ya sobre el escenario, Blanca Alfonso ha entregado el Galardón de agradecimiento del Ayuntamiento de Ansó a los niños de la escuela, a quienes ha transmitido la encomienda de "preservar y cuidar con mimo este legado", signo de identidad de los ansotanos. La alcaldesa ha estado acompañada por el subdelegado del Gobierno en Huesca, Carlos Campo; la presidenta de la Comarca de Jacetania, Olvidos Moratinos (también ataviada para la ocasión), diputados provinciales y alcaldes de la zona. 

La rondalla  y el jotero Óscar Abadías han amenizado la pasarela con composiciones alusivas a la localidad. Un grupo de jóvenes ha bailado la Jota de Ansó.      

 

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