Sallent de Gállego vuelve a rendir tributo a los dos guardias civiles asesinados por ETA hace 23 años

Al homenaje han asistido la madre de Irene Fernández y los padres de José Ángel de Jesús, que han estado acompañados por altos cargos de la Guardia Civil y distintas autoridades políticas.

Familiares de Irene Fernández y José Ángel de Jesús, vecinos y autoridades civiles y de la Guardia Civil han vuelto a rendir homenaje a los dos guardias asesinados por ETA en Sallent de Gállego hace 23 años.
Familiares de Irene Fernández y José Ángel de Jesús, vecinos y autoridades civiles y de la Guardia Civil han vuelto a rendir homenaje a los dos guardias asesinados por ETA en Sallent de Gállego hace 23 años.
Guardia Civil

La emoción ha vuelto a recorrer este domingo las calles de Sallent de Gállego en el homenaje que han rendido sus vecinos a Irene Fernández y José Ángel de Jesús, los dos guardias civiles de 32 y 22 años de edad, respectivamente, a los que asesinó la banda terrorista ETA el 20 de agosto del año 2000 con una bomba lapa en los bajos de su coche cuando iban a iniciar su habitual ronda diaria.

Los familiares de los dos víctimas, originarias de Talavera de la Reina (Toledo) y Quirós (Asturias), han regresado un año más a Sallent. Esta vez han viajado la madre de Irene Fernández y los padres de José Ángel.

Al sentido homenaje han asistido altos cargos de la Benemérita con el general jefe de la zona de Aragón a la cabeza, Francisco Javier Almiñana, además del comandante jefe accidental de la Comandancia de Huesca, Óscar Vergara, y el coronel jefe de la Jefatura de Montaña, Ramón Gallego.

Han estado acompañados por el consejero de Hacienda y Administración Pública del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, el subdelegado del Gobierno en Huesca, José Carlos Campo, la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y el alcalde de Sallent, Jesús Gericó. Y no han faltado tampoco miembros de Asociación Víctimas del Terrorismo.

Roberto Bermúdez de Castro ha destacado la importancia de recordar "siempre" lo que pasó en Sallent hace 23 años "y más en estos días que vivimos en nuestro país porque hay gente en el Congreso de los Diputados que tiene más poder que nunca y parece que todo esto se ha olvidado, algo que no puede ser porque hay que mantener la dignidad de las víctimas ya que no se puede olvidar que los asesinaron por el simple hecho de ser españoles y guardias civiles", ha dicho.

Mientras, Natalia Chueca también ha incidido en que "en estos momentos en que los herederos de ETA están marcando las pautas y condicionando el Gobierno de España, homenajes como estos nos ayudan a recordar lo que pasó en nuestro país hace solo 23 años y a que las nuevas generaciones puedan saber la historia real de España y no que los verdugos la reescriban borrando atentados como este". 

Desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo han denunciado que frente al "dolor" causado por la banda terrorista, "vemos con pesar cómo aquellos que históricamente han aplaudido y brindado tras cada uno de los asesinatos de ETA son beneficiaros de constantes cesiones de toda índole, se convierte en socios preferentes de las instituciones democráticas que tanto desprecian y, lo que es peor, están más envalentonados que nunca gracias a la pasividad de la clase dirigente y sociedad que se califica progresista".

Los actos han comenzado a las 12.30 en la iglesia de la Asunción con una misa de recuerdo oficiada por el obispo de Jaca, Julián Ruiz. A continuación, la comitiva fue caminando hasta la plaza Valle de Tena, donde una pareja de guardias civiles depositó una corona de flores junto al monolito de recuerdo en el lugar donde se produjo el atentado. Tras rezar un responso, los asistentes cantaron ‘La muerte no es el final’ y el himno de la Guardia Civil.

El 20 de agosto de 2000, alrededor de las 6.10, activó una bomba lapa en el vehículo oficial en el que viajaban los dos guardias civiles. La explosión causó gravísimos daños al coche patrulla. La guardia Irene Fernández falleció en el acto y José Ángel de Jesús murió en la ambulancia cuando era trasladado al Hospital San Jorge de Huesca de Huesca. Ambos fueron reconocidos a título póstumo con la Cruz de Oro al Mérito de la Guardia Civil.

Natural de Las Agüeras (Asturias), Irene Fernández ingresó en el Cuerpo en 1995 y llevaba tres años destinada en Sallent de Gállego. Fue la primera mujer guardia civil en ser asesinada por la banda terrorista. El 12 de octubre de 2000 se inauguró en Gijón una calle en su memoria.

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