"Los estatutos de los Danzantes de Huesca nunca han vetado la entrada de mujeres"

Lleva más de 25 años bailando y en este 2023 Jorge Escario lo hará, además, como presidente de la agrupación de Danzantes, que hace nueve meses renovó la junta en la que ahora le acompañan Darío Bajá como secretario, Abraham Belenguer como tesorero y Francisco San Emeterio y José Luis Ramos como primer y segundo mayoral.

Una renovación que, además, ha traído también el impulso a nuevos proyectos. El primero, recopilar la historia de los Danzantes de Huesca en un libro, una vieja aspiración. "Porque se habla mucho de la agrupación pero en realidad no hay ningún estudio etnológico e histórico. Hay muchas teorías pero ni siquiera el origen está claro, si fue en el siglo XVII o XVII. Y creemos que es muy importante aclararlo porque es parte de la cultura de Huesca", explica. Y para ello están buscando ahora apoyo económico de las administraciones y de entidades privadas.

Y otro de los objetivos que se ha marcado la nueva junta es reeditar el histórico viaje-peregrinación de los Danzantes que hicieron en 1985 a Roma para bailar en la basílica de San Lorenzo Extramuros, donde se encuentra la tumba del patrón de Huesca.

Gracias a la mediación del Obispado, han hecho llegar una carta al Vaticano para intentar tener una audiencia con el Papa Francisco. "La otra vez no se pudo bailar delante de él porque nos requisaron las espadas", recuerda.

Además, tienen otras ideas que esperan materializar como impartir charlas en los colegios para acercar la figura de los Danzantes a los más pequeños, o buscar un local donde exponer todo el material que estuvo expuesto en su día en el Centro Raíces. Todo ello, en definitiva, "para acercarnos más a a sociedad y que nos se nos vea como algo aislado de San Lorenzo, sino que se viva esta tradición todo el año y podamos formar parte de la ciudad", destaca.

Junto a estos proyectos de futuro, estas fiestas serán especiales porque hacía 33 años que no daban la bienvenida a cuatro nuevos danzantes de una sola vez. En esa ocasión fue por la incorporación del sexto cuadro con los denominados ‘obreros’ que hasta entonces estaban de reserva para suplir bajas y lesiones.

"Llevamos unos años en los que siempre suele haber incorporaciones y eso está muy bien porque le da mucho dinamismo la agrupación ya que bailamos con todo el orgullo pero al final hay que estar físicamente bien", subraya Escario.

La tradición marca que cuando un danzante se va, él decide también quién le va a suceder. Hace muchos años pasaban el testigo solo de padres a hijos o de padrinos a ahijados, pero cuando se cambiaron los estatutos se permitió dar el relevo hasta familiares de segundo grado (sobrinos, primos...). Y Daniel Cejalvo hizo uso de esa prerrogativa para comunicar el pasado octubre, sin previo aviso, que le iba a suceder su sobrina. "Su marcha fue la primera sorpresa porque está en muy buena edad para bailar y está muy bien físicamente. Pero me hubiera gustado que mucha gente de Huesca que nos ha criticado muchas veces injustamente por decir que vetábamos la entrada de las mujeres, cuando no era así, viera la ovación cerrada que hubo y la emoción de más uno porque se producía la primera incorporación femenina", señala. Pocos meses después Jesús Esperanza anunció que entregaba el testigo a su hija Cristina.

Jorge Escario insiste en que "los estatutos nunca han vetado la entrada de mujeres". "Hay gente que decía que éramos muy tradicionalistas y algunas cosas peores, pero nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que nunca había pasado que un danzante dijese que le iba a suceder una mujer", recalca. Ese momento ha llegado ahora dicen asumirlo "con toda la naturalidad del mundo". "En 1960 nadie se planteaba que su hija fuera danzante porque la historia y la tradición pesaban mucho, pero los tiempos cambian", concluye