La Guardia Civil cierra el primer fin de semana de agosto con 9 rescates de montaña en el Pirineo oscense

La Guardia Civil ha cerrado el primer fin de semana de agosto con nueve rescates de montaña en el Pirineo oscense. Por suerte, ninguno de ellos fue de extrema gravedad y es una cifra lejana a la de otros fines de semana de verano en los que han llegado a sumar hasta 24 intervenciones en solo tres días.

El primer aviso llegó el jueves por la noche, a las 22.20, comunicando que un montañero de Gerona de 45 años se encontraba desorientado y con frío en una ruta en la inmediaciones del pico Mondarruego del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Torla). 

Tras facilitar sus coordenadas, el Greim de Boltaña le indicó la ubicación próxima de una cabaña donde podía pasar la noche y resguardarse al encontrarse ileso. A primera hora del viernes, el helicóptero de Benasque intentó acceder a la zona con especialistas de montaña y un sanitario del 061 pero fue imposible por las fuertes rachas de viento. Por ello, se tuvieron que desplazar en vehículo oficial 4x4 y posteriormente a pie durante más de dos horas y media hasta el punto GPS donde se encontraba el montañero. 

Tras proporcionarle ropa de abrigo y comida caliente, iniciaron el descenso atravesando una zona de clavijas hasta Bujaruelo, desde donde el rescatado continuó por sus medios, finalizando el rescate a las 19.00.

Ese mismo viernes realizaron otras cuatro intervenciones. La primera, para auxiliar a cuatro senderistas de Valencia de 21 y 22 años que estaban desorientados -uno de ellos además sufría síntomas de hipotermia- en las inmediaciones del pico Punta las Olas (Fanlo) tras una fuerte tormenta de granizo. 

El Greim de Boltaña acudió a la zona con el helicóptero de Benasque y un sanitario del 061 pero el viento y la niebla no les permitieron llegar a la zona por lo que los especialistas de montaña fueron depositados en un lugar seguro desde donde continuaron a pie hasta localizar a los senderistas. Tras prestarle auxilio con bolsas de agua caliente y un plumas a una mujer con síntomas leves de hipotermia, iniciaron el descenso hasta el refugio de Góriz donde pernoctaron para proseguir por sus medios al día siguiente. 

Ya por la tarde, recibieron un aviso de una senderista de 56 años de Huelva con lesiones en la cara y en el tobillo tras una caída de dos metros en las Gradas de Soaso, en Ordesa. El fuerte viento obligó al helicóptero a aterrizar en la pradera de Ordesa desde donde un especialista continuó a pie hasta la accidentada. Tras recibir asistencia por parte de Cruz Roja y con apoyo de agentes del Parque Nacional la trasladaron en camilla y a pie hasta la pista del inicio de las Gradas donde esperaba la ambulancia de Cruz Roja para su traslado. 

El tercer aviso del día fue por una bañista de 63 años y vecina de Majadahonda (Madrid) que había sufrido una caída de cabeza impactando contra unas rocas mientras descendía el cauce del río Bellos (Puértolas) y había perdido momentáneamente la consciencia.

Tras sobrevolar la zona y aterrizar, un especialista de montaña y el médico 061 localizaron a la bañista y a su acompañante en su vehículo particular, corroboraron que ya había recuperado la consciencia y tras asistencia in situ se desplazaron por sus medios al centro de salud más cercano. 

Y el último aviso llegó a las 20.00 por dos senderistas franceses de 24 y 26 años desorientados en las cercanías del Dolmen de Tella (Tella-Sin). Se les indicó que no se movieran del lugar al haber facilitado las coordenadas y fueron evacuados finalmente en helicóptero a una pista forestas de Tella, desde continuaron por sus medios. 

El sábado no se tuvo que realizar ningún rescate, pero este domingo han llevado a cuatro cuatro auxilios más con ayuda del helicóptero. El primero, a las 13.30, por un senderista lesionado en la zona de Ciudad de las Piedras en la subida a Monte Perdido (Torla); el segundo, a las 13.45, por una ciclista que se había golpeado la cabeza en la pista de Naval; el tercero, a las 13.45, por una corredora de montaña francesa de 40 años que se había torcido el tobillo mientras hacía la ruta circular del Collado de San Martin en la zona del Camporoplano (Sallent de Gállego); y el cuarto, por una barranquista lesionada tras hacer un salto en la primera poza del Barranco de los Forcos.