Desalojado un edificio en Sabiñánigo por el incendio en una tienda de ropa

Unas 15 personas han tenido que salir de sus casas, pero han podido volver apenas una horas más tarde.

Los bomberos, frente a la tienda donde ha ocurrido el incidente.
Los bomberos, frente a la tienda donde ha ocurrido el incidente.
Diputación de Huesca

Un incendio declarado en un comercio de Sabiñánigo ha obligado a los bomberos a desalojar parte de un edificio de viviendas. La intervención ha finalizado dos horas después sin tener que lamentar daños personales.  

En el operativo han participado efectivos del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (Speis) de la Diputación de Huesca, tras recibir el aviso por un incendio que se ha originado en una tienda de la plaza de la Constitución de Sabiñánigo. 

La alerta se ha dado a las 13.17. Ha sido la misma propietaria del establecimiento, dedicado a la venta ropa y material deportivo, la que ha abierto la puerta  a los servicio de emergencia.

A consecuencia del incidente, parte del edificio donde se ubica la tienda ha sido desalojado con ayuda de la Policía Local y la Guardia Civil. En total unas 15 personas han tenido que ser evacuadas. Pasada una hora, sobre las 14.30, han vuelto a sus casas al comprobar que el inmueble no había sufrido daños. 

La intervención, que ha finalizado a las 16.30, ha consistido en enfriar las altas temperaturas que se concentraban en el local, que era de dos plantas, planta calle y sótano, y su posteriór extinción y ventilación. En el operativo han intervenido tres bomberos, un oficial y el jefe de intervención.

El Speis tuvo que intervenir la semana pasada en otro incendio, más grave, declarado en el secadero de Grañén a causa de una tormenta seca, lo que se conoce como un reventón cálido. En esta ocasión la prioridad de los bomberos fue evacuar a uno de los trabajadores, que se había visto sorprendido por el avance de las llamas y que estaba atrapado en una de las naves.

En la extinción participaron bomberos de Sariñena, el parque más cercano, y varias dotaciones de Barbastro, Sabiñánigo, Fraga y Huesca. A ellos, se sumó la colaboración con sus propios medios de trabajadores y socios del secadero, lo que permitió salvar las infraestructuras de transformación, entre ellas, la deshidratadora.

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