El cierre del cañón de Añisclo por sus dos accesos asfixia al sector turístico y solivianta a los alcaldes

La carretera del Parque de Ordesa cerrada en octubre por un derrumbe se empezará a reparar ahora pero la obra puede durar todo el verano.

Una imagen de los trabajos para ensanchar la pista forestal desde La Tella a San Urbez.
Una imagen de los trabajos para ensanchar la pista forestal desde La Tella a San Urbez.
H. A.

"Si el cañón de Añisclo sigue cerrado este verano será una catástrofe". Es el lamento del alcalde de Fanlo, Horacio Palacio, ante la prolongación del corte de la carretera HU-631, que ya dura ocho meses y que desde hace unos días se ve agravado por la clausura del acceso alternativo a este sector del Parque Nacional de Ordesa. El desprendimiento ocurrido en la primera vía y las obras iniciadas en la segunda amenazan con reducir drásticamente las 140.000 visitas al año, ante el creciente malestar de alcaldes y empresarios de los valles de Vio y Puértolas.

La carretera que discurre por el cañón de Añisclo está cerrada desde el 24 de octubre de 2022 a causa de un gran socavón provocado por la caída de piedras. Las obras todavía no han podido empezar por el retraso del proceso administrativo, "que ha supuesto la elaboración de varios informes y autorizaciones", justificó el departamento de Vertebración del Territorio, asegurando que van a comenzar esta misma semana.

Para sorpresa de los afectados, los trabajos no durarán ni una semana ni dos, sino entre "un mes y medio y tres meses", confirmaron las mismas fuentes, ya que antes de reparar el firme de la HU-631 hay que levantar un muro de contención para sostener la carretera.

La amplia horquilla en el calendario de ejecución tiene que ver con la meteorología. "La zona está situada en un barranco con gran aportación de piedras que pueden suponer un riesgo para los trabajadores, por ello dependerá de las lluvias que el plazo sea más o menos corto", señalaron desde la consejería.

Mientras la carretera ha estado cortada, al cañón de Añisclo se llegaba por el valle de Vió, a través de la carretera Puyarruego-Buerba. El problema es que el tramo de esta vía que accedía a ese paraje también se cerró hace unos días porque el Parque Nacional, a través de la empresa Tragsa, está ejecutando unas obras de mejora con el ensanchamiento de una pista y una rotonda entre La Tella y San Urbez, de manera que es imposible llegar en coche al cañón, uno de los principales atractivos de Ordesa.

Llueve sobre mojado, porque la HU-631 ya estuvo cerrada entre 2017 y 2018, debido al peligro de derrumbe de un túnel, lo que estranguló el turismo en esos valles de la zona central del Sobrarbe.

El alcalde de Fanlo denunció ayer el cierre de las comunicaciones del valle de Vio, "donde hay gente que está viviendo e invirtiendo". Palacio confió en que se respete el acuerdo del patronato del Parque Nacional, que pidió interrumpir los trabajos en La Tella del 1 de julio al 15 de septiembre para facilitar la llegada de visitantes. Estas obras dependen de otra consejería, la de Agricultura y Medio Ambiente, que tiene previsto celebrar hoy una reunión para valorar las distintas opciones de acceso al cañón. El miércoles está convocada además la junta rectora de Ordesa.

Palacio criticó "el abandono y el olvido" que sufre el sector de Añisclo mientras el turismo se sigue concentrando en Torla, cuya masificación obligó el sábado a cerrar de nuevo la carretera. El alcalde reconoció que las obras en La Tella han sido muy reclamadas, pero no entiende que se dejen para el verano. "Es muy grave que Añisclo esté cerrado a cal y canto, que no se pueda visitar porque no se puede llegar ni desde una carretera ni desde otra, incluso es difícil llegar a pie".

En el otro extremo del cañón, el alcalde de Puértolas y presidente de la comarca, José Manuel Bielsa, también criticó los largos meses de cierre por unos plazos administrativos "excesivos" e "inoperantes". "La gente no se explica cómo se puede tardar tanto en empezar unas obras. Confiábamos en que la carretera estuviera abierta en verano y lógicamente hay mucha preocupación", señaló, recordando la petición de ayuntamientos y comarca para parar los trabajos en el otro acceso como última opción.

La presidenta de la Asociación de Empresarios del Sobrarbe, Paz Agraz, también habló de la "incertidumbre" en los valles de Vio y Puértolas por las repercusiones en los negocios. Uno de los afectados es Alberto Fuertes, que acaba de abrir un restaurante en el collado de Añisclo. "Tengo cinco trabajadores apalabrados y no sé si los podré contratar", afirma. Si no se arregla la situación, anuncia que los dueños de los negocios emprenderán acciones. "A día de hoy los visitantes no pueden acceder al cañón", afirmó, unas circunstancias que están suponiendo una asfixia para todo el sector turístico.

En vista de la situación, que impide aparcar en La Tella y la Ereta de Biés y transitar por el sendero que une estas áreas, la Federación Aragonesa de Montañismo ha informado de itinerarios alternativos para llegar al cañón andando. Solo se puede acceder por San Urbez desde los caminos que vienen desde Vio o desde Sercué, en ambos casos siguiendo el GR 15.

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