"Ya estamos más tranquilos". Así resumió este lunes Ana Celsa Lacosta, alcaldesa de Bernués, el sentir de los vecinos de esta pedanía de Jaca ubicada a los pies de la Peña Oroel, donde el domingo un cazador halló un cadáver que, según los primeros indicios, corresponde con el de Cédric Tauleygne, un fugitivo francés que huyó de su país tras cometer un doble asesinato en Tarbes en julio.

La Guardia Civil informó de que, según los enseres localizados junto al cuerpo, todo apunta a que podría efectivamente de este criminal que llevaba más de ocho meses en paradero desconocido después de matar a tiros a su mujer, con la que tenía dos hijos y se estaba separando, y a un hombre que estaba con ella. No obstante, están a la espera de confirmación de forma indubitable a través de los análisis de los restos de ADN.

Según adelantó HERALDO DE ARAGÓN, un cazador encontró el cuerpo el domingo al mediodía durante una batida en la zona conocida como Los Picones, de la Peña Oroel. Vio algo de color blanco entre la maleza y al acercarse descubrió que era un casco de moto en cuyo interior había un teléfono móvil y un cargador. Al inspeccionar los alrededores encontró enseguida el cadáver por lo que dio aviso a la Guardia Civil.

Al lugar acudieron agentes de la Policía Judicial, de Seguridad Ciudadana y del GREIM, que observaron que aún tenía en una mano una pistola apuntando a la cabeza, lo que confirmaría la hipótesis del suicidio que se barajaba desde el principio. También hallaron una mochila con munición y latas de comida. Llevaron el cuerpo en helicóptero al Hospital Provincial de Huesca para hacerle la autopsia.

Ana Celsa Lacosta recordó que durante el dispositivo para tratar de localizar al fugitivo, después de hallar su moto accidentada en la carretera A-1205 entre Bernués y Jaca, "pasamos muy malos días, de miedo, por si nos lo podíamos encontrar y cuando estábamos en casa, nos quedábamos encerrados".

Ella siempre había creído que este presunto asesino, antiguo reservista de la Gendarmería y la Armada francesas de 34 años, se encontraba por la zona. "Estaba convencida y aunque también estaba claro que ya no podía estar vivo, siempre te quedaba una mínima duda", afirmó. Y confiaba en que alguien lo pudiera encontrar en el monte para poder dar carpetazo al caso y a esa incertidumbre. De hecho, no se atrevía a parar con el coche en el lugar donde apareció la moto, ni a bajar a un antiguo molino de su propiedad "por si se había quedado ahí". Por ello, la alcaldesa pedánea reconoce estar "aliviada".

Por su parte, el alcalde de Jaca, Juan Manuel Ramón, está a la espera de que se ratifique la identidad para despejar todas las dudas. "Si se confirmara que es la persona que se buscó en su día generaría una mayor tranquilidad en las personas del entorno. Porque si bien es cierto que el tiempo va paliando esos nervios y ese miedo, al que vive ahí no le deja de quedar una cierta sensación extraña", señaló.