Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El Pirineo se acerca al modelo suizo en la predicción de avalanchas

Protección Civil encarga un estudio que divide el Pirineo en 14 zonas nivoclimáticas con características similares para mejorar los boletines de aludes 

Imagen de archivo de un nivólogo de A lurte realizando mediciones en las capas de nieve.
Imagen de archivo de un nivólogo de A lurte realizando mediciones en las capas de nieve.
A Lurte

La nieve no se comporta igual en todos los valles del Pirineo aragonés. Las condiciones en la zona de Llanos del Hospital o del refugio de la Renclusa tienen poco que ver incluso con las de Cerler, aunque estén cerca, afirma Iván Moner, especialista en avalanchas con 25 años de experiencia en este campo, que durante cinco fue responsables de la predicción de aludes para las carreteras de Panticosa, Somport y Hospital de Benasque.

Él, junto con Marc Lemus, climatólogo, ha realizado un estudio por encargo de la Dirección General de Interior y Protección Civil del Gobierno de Aragón para conocer mejor las dinámicas de formación del manto nivoso en los distintos macizos de la cordillera, lo que puede permitir en el futuro diseñar redes de observación, manuales y automáticas, que completen las existentes para afinar en la predicción del riesgo de avalanchas.

El trabajo, titulado ‘Regionalización nivoclimática del Pirineo aragonés’, parte del enfoque desarrollado por el servicio federal suizo de avalanchas en 2012 y adoptado por los centros de predicción de Tirol y el valle de Arán en años posteriores, y que está en camino de imponerse en gran parte de Europa. "Empezó en Suiza, se ha hecho en Austria, Italia, Canadá… Es la aproximación óptima", afirma Moner.

Consiste en definir regiones relativamente pequeñas, entre los 100 y los 400 kilómetros cuadrados, donde la nieve se comporte de manera similar para ajustar los boletines de peligro de aludes a las condiciones particulares de cada una. El resultado es la división del Pirineo aragonés en 14 regiones climáticas de entre 79 y 231 kilómetros cuadrados: dos en los valles occidentales (norte y sur); otras que en los valles de Tena y Aragón separan las áreas de Anayet, Collarada-Telera, Franja Norte, Infiernos y Tendeñera; las de Ordesa, Derecha del Cinca, Punta Suelza, Cotiella-Turbón y Posets; y las más orientales, la Franja Norte de Benasque-Chistau, Vallibierna-Llauset y Cerler-Castanesa.

Sus diferencias tienen que ver con si la influencia es atlántica o mediterránea, si reciben más o menos precipitaciones, el comportamiento de los vientos o el tipo de nieve en función de las condiciones climáticas. "No nieva igual en todo el Pirineo. Hay seguro dos variables, la distancia a la divisoria que hará que el clima sea un poco más atlántico o más mediterráneo y otro eje este-oeste. Hasta Monte Perdido es una cosa y de ahí hacia el este, otra. Los comportamientos son diferentes en vientos y precipitación", explica Moner.

Para hacer los mapas del estudio se han combinado la modelización climática informática de última generación y su análisis estadístico y las entrevistas con profesionales de la nieve con los que se han contrastado los mapas. Los autores del estudio han recurrido al conocimiento y la experiencia de responsables de estaciones de esquí, guardas de refugios, guías del alta montaña o técnicos de aludes de carreteras. También un practicante de esquí de montaña, el autor de unas guías de esquí o el presidente de un centro excursionista.

Los boletines de la Aemet

El estudio ofrece cartografías alternativas reducidas a cinco y siete regiones para acercarse más al actual enfoque, el parte nivológico que realiza la Aemet, cuyo boletín de predicción de aludes se hace por comarcas (Jacetania, Alto Gállego, Jacetania y Ribagorza). Para ello se basa en información elaborada a partir de los datos recibidos de los refugios de Linza, Lizara, Panticosa, Bachimaña, Góriz, Pineta, Estós, Ángel Orús, La Renclusa, Cap de Llauset y Belagua; de las estaciones de esquí de Astún, Formigal, Panticosa y Cerler; de las de fondo de Llanos del Hospital e Isaba-El Ferial; y del Parque Nacional de Ordesa. Pero se estima que el nivel de riesgo determinado en estos partes nivológicos está basado más en fronteras administrativas, las comarcales, que geográficas.

"La meteorología no entiende de fronteras ni autonómicas ni comarcales. Se trataba de reconocer zonas con un comportamiento nivoclimático similar y que podamos agrupar"

Según explica la coordinadora de la campaña Montaña Segura, Marta Ferrer, Protección Civil y la Aemet quieren avanzar en ese boletín. «Uno de los aspectos que se pone siempre sobre la mesa es que esas zonas (las comarcas) son muy amplias y se ciñen a una división puramente administrativa», dice. "La meteorología no entiende de fronteras ni autonómicas ni comarcales. Se trataba de reconocer zonas con un comportamiento nivoclimático similar y que podamos agrupar".

Por eso se planteó estudiar de qué manera se podría parcelar el Pirineo. "Cuando entregaron el estudio nos pareció muy interesante porque además de la modelización han hecho entrevistas con expertos que patean el territorio para acabar de dibujar los límites", explica la coordinadora. Dice que ahora se ha dado un primer paso con la propuesta de zonificación, que deberán validar el resto de agentes implicados, el primero la Aemet. El siguiente será ver si falta información en alguna zona y puntos de observación para mejorar el boletín de peligro de aludes. 

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