Tres usuarios del Plan de Empleo de Cruz Roja se forman en las cocinas del Lillas Pastia

Este programa de formación a la carta permite a las empresas disponer de trabajadores a su medida y a los alumnos acceder más fácilmente al mercado laboral.

Noemí Oliver, Karla Carpio y Yevgen Shapovalov, en las cocinas del Lillas Pastia con Gabriel, uno de los cocineros.
Noemí Oliver, Karla Carpio y Yevgen Shapovalov, en las cocinas del Lillas Pastia con Gabriel, uno de los cocineros.
Cruz Roja Huesca

Hay “oportunidades que cambian vidas” y tres usuarios del Plan de Empleo de Cruz Roja de Huesca están ante una ocasión excepcional que puede abrirles un nuevo futuro laboral. Noemí Oliver, Karla Carpio y Yevgen Shapovalov han comenzado un periodo de formación de 260 horas en la cocina del Lillas Pastia, uno de los restaurantes con estrella Michelin en la capital oscense, tras el cual aspiran a tener más facilidad para encontrar un puesto de trabajo.

Estos tres jóvenes forman la segunda promoción de una nueva línea de trabajo iniciada en el Plan de Empleo de Cruz Roja, dentro de su apartado de Cooperación Empresarial, que permite hacer una “formación a la carta”. Y es que se aúna, por un lado, la necesidad de las empresas de buscar perfiles de trabajadores concretos, y por otro, la urgencia que tienen algunas personas de recibir una formación no convencional que les permita acceder con más rapidez el mercado laboral.

“Hay casos en los que los empresarios necesitan trabajadores con unos conocimientos y habilidades muy concretos que les resulta difícil de encontrar por diferentes causas, bien porque no sale suficiente gente formada en este ámbito o porque la formación reglada no se ajusta a las necesidades que tienen. Además, el empresario prefiere instruir a sus futuros trabajadores en su propia empresa y con sus métodos. De este modo, si el alumno cumple las expectativas es muy fácil que pueda incorporarse al equipo”, apuntan desde el Plan de Empleo de Cruz Roja.

Esta experiencia se ha realizado anteriormente con éxito también en el Lillas Pastia y a día de hoy, dos de las personas que realizaron esta misma formación están trabajando en empresas del grupo que lidera el chef Carmelo Bosque, quien no duda en afirmar que esta colaboración “ha sido altamente positiva”. Asegura que han visto “crecer a los alumnos día a día”. En su opinión, éste es un modelo formativo muy beneficioso para las dos partes. 

Bosque asegura que durante todo el proceso “los alumnos están constantemente acompañados por nuestros profesionales, que les enseñan las técnicas, tratamiento de los productos, les corrigen y les guían en todo momento. Trabajan y aprenden y, si todo va bien, se pueden incorporar fácilmente con nosotros o en otras empresas del sector”.

Con este modelo se cambia la idea tradicional de formación y “en vez de trabajar con colectivos numerosos, que no sabemos que opciones de encontrar trabajo van a tener, se forman pequeños grupos de alumnos que recibirán una cualificación de acuerdo a las necesidades que tienen la empresa en la que se instruyen”, resaltan desde Cruz Roja. 

Noemí Oliver, Karla Carpio y Yevgen Shapovalov, junto a Carmelo Bosque y Gabriel, uno de los cocineros de Lillas Pastia.
Noemí Oliver, Karla Carpio y Yevgen Shapovalov, junto a Carmelo Bosque y Gabriel, uno de los cocineros de Lillas Pastia.
Cruz Roja Huesca

La empresa pone tiempo, profesorado y el material. Por su parte, la entidad hace la búsqueda de las personas idóneas para esa formación, el seguimiento del alumnado, reuniones periódicas con la empresa y los seguros para la realización de la acción formativa.

Los tres alumnos que acaba de empezar su formación estarán de lunes a viernes de 11.00 a 16.00 en las cocinas del Lillas Pastia hasta finales de mayo. Un reto al que se enfrentan llenos de ilusión ya que la perspectiva de trabajo está al alcance de la mano. 

De los tres, Yevgen Shapovalov, un joven ucraniano, es el único que ha tenido contacto anterior con el mundo de la hostelería y restauración “fue en una pizzería en Buenos Aires, pero esta oportunidad es especialmente interesante. Veo que hace falta personal y me gusta mucho la gastronomía”. 

Sus compañeras Noemí Oliver, Karla Carpio también tienen grandes expectativas. “Aunque no tenemos experiencia anterior, es una gran oportunidad que vamos a aprovechar para poder tener un trabajo. Además, aprendemos con grandes profesionales. Es una suerte”, coinciden.

Durante su formación en el Lillas Pastia, los alumnos están bajo la directa supervisión de Gabriel. “Los capacitamos para que puedan integrarse laboralmente. Comenzamos por las enseñanzas elementales de higiene, cortes, formas de trabajar cada producto, etc. Vamos paso a paso enseñándoles las recetas básicas para que puedan tener control y también les damos la oportunidad de hacer algún servicio de mesa para que entiendan cual es el concepto de estrella Michelín, que conozcan la diferencia entre una cocina y otra. Se trata de que aprendan y que luego cada uno busque su propio camino”, explica el cocinero.

Para Carmelo Bosque, Ruth y María, alumnas de la anterior edición, son un ejemplo del éxito de este programa. “Durante su formación las dos tuvieron un crecimiento excepcional y están incorporadas en nuestros equipos”. Ambas son ejemplos de que “hay oportunidades que cambian vidas”, como apunta el lema del Plan de Empleo en el Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES) de Cruz Roja.

Ruth Noemí Morales estaba sin trabajo y con pocas expectativas de encontrar uno cuando llegó a Cruz Roja para realizar un curso para manejar carretillas con el fin de hallar alguna opción en ese campo. Sin embargo, el Plan de Empleo le brindó la posibilidad de formarse en hostelería, directamente en la cocina del Lillas Pastia, y la aprovechó. Ahora es una más en la empresa y junto a Pedro, el chef que fue su tutor, está trabajando en la cocina de otro restaurante del grupo, el Tomate Jamón. “Para mi Cruz Roja ha sido un gran apoyo. Me han dado una gran oportunidad, que no podía desaprovechar y me han apoyado en todo momento. He tenido muy buenos profesores y estupendos compañeros. Ahora trabajo con el que fue mi mentor, y no puedo estar más contenta”, afirma.

Para Pedro la colaboración con Cruz Roja ha sido un reto muy satisfactorio.” De los tres alumnos de la anterior edición, dos están trabajando con nosotros. Han sido alumnas muy capacitadas y con mucho interés”. Ruth es ahora una pieza imprescindible en su cocina “trabaja muy bien y rápido”. Carmelo Bosque les ha encomendado ahora a los dos crear una nueva línea en la cocina del restaurante Tomate Jamón.

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