La trágica estadística de la Escupidera, uno de los sitios más peligrosos del Pirineo

Trece personas han muerto en tres décadas en esta ladera, que con nieve y hielo 'escupe' a los montañeros a un precipicio. 

Una imagen de la Escupidera, en la ascensión a Monte Perdido, a principios de esta semana.
Una imagen de la Escupidera, en la ascensión a Monte Perdido.
Refugio de Góriz

En verano es accesible para cualquier montañero. Es cuestión de tener  paciencia e ir ascendiendo por el pedregal echándole ganas. Sin embargo, en condiciones invernales se transforma en una trampa peligrosa, donde los accidentes se cuentan por muertos. La Escupidera de Monte Perdido, en el Parque Nacional de Ordesa, ha vuelto a cobrarse una víctima este fin de semana. Es la número 13 en las tres últimas décadas en el que ya se considera un punto negro del Pirineo. Solo por su nombre se intuye el riesgo: un embudo, una ladera inclinada hacia la izquierda que 'escupe' a los excursionistas hacia un precipicio de entre 100 y 150 metros. Un simple resbalón y la caída puede ser fatal.

En numerosas ocasiones, los guardas del refugio de Góriz han lanzado avisos a los montañeros, cuando la Escupidera se encuentra con hielo y nieve y convierte esta ruta en peligrosa. 

Las tres rutas normales de ascensión al Monte Perdido obligan siempre a superarla. Es el punto más delicado de la ascensión. La nieve acostumbra a permanecer hasta bien entrado el verano en esta fuerte pendiente que termina en un cortado. La campaña Montaña Segura, del Gobierno de Aragón, la Federación Aragonesa de Montañismo y Aramón, recomienda que antes de iniciar la ascensión, se pregunte en los refugios de la zona (Góriz o Pineta) sobre su estado. "Pero la norma nos dice que siempre que haya nieve se debe llevar material para progresar en nieve (piolet y crampones) y tener habilidad en su uso para autodetenerse en una caída", señala. Y es que algunos de los montañeros que se han dejado aquí la vida iban equipados con estos materiales de seguridad. 

Subida por la canal desde el ibón y el paso de La Escupidera, en pleno verano.
El paso de La Escupidera, en una imagen del verano.
Montaña Segura

El accidente más grave

La estadística habla bien a las claras de su peligrosidad. En las tres últimas décadas han perdido la vida en este punto 13 personas, con edades comprendidas entre los 20 y los 69 años, españoles y extranjeros. En 1996 hubo dos víctimas, una en abril y otra en junio. Pero el accidente más grave ocurrió el 15 de abril de 2001. Dos montañeros franceses de 34 años fallecieron al caer por un desnivel de 60 metros cuando bajaban haciendo esquí de travesía. 

Iban en un grupo de tres deportistas que había partido del refugio de Tucarroya, situado en la línea fronteriza, y habían hecho la cara norte del Monte Perdido. Al descender hacia el refugio de Góriz, en dirección al lago Helado, el deportista que iba en segundo lugar perdió el control en la Escupidera y cayó, arrastrando al compañero que le precedía.

Ahora, hacía cinco años que no había un suceso mortal en este lugar. El anterior al de este fin de semana ocurrió en junio de 2018 y le costó la vida a un belga de 31 años. Pese a estar avanzada la primavera, todavía había condiciones invernales. El cuerpo fue localizado a unos 3.000 metros de altitud, en un lugar con abundante nieve y de difícil acceso. Pese a que la víctima utilizaba crampones y piolet, resbaló en la nieve y se precipitó unos 100 metros por la ladera. 

Siete meses antes, en noviembre de 2017, otro montañero, natural de Cantabria, de 32 años, se despeñó por este 'tobogán'. Como en el caso anterior, cuando llegaron los equipos de emergencia, el médico solo pudo certificar el fallecimiento.

Y un año antes, en mayo de 2016, la víctima fue un chico de 21 años vecino de Olorón (Francia) que hacía esquí de travesía con dos amigos. Se precipitó en una caída libre de 80 metros. Habían subido por la cara norte a Monte Perdido y ya descendían hacia el refugio de Góriz, donde tenían previsto pernoctar. Al llegar a la Escupidera, la víctima perdió el control y resbaló por la pendiente hasta ir a parar al cortado.

Con sus 3.347,5 metros, según el Instituto Geográfico Nacional, Monte Perdido, en el municipio de Fanlo, es la tercera cima más elevada de los Pirineos y la más frecuentada. Aquí suben más excursionistas que al mítico pico Aneto. La razón es que en condiciones normales, su ascensión resulta más accesible a aficionados sin mucha experiencia. En verano, una de cada cuatro personas que hacen cumbre se estrenan en este tresmil.

El refugio de Góriz acerca a los montañeros a 2.200 m de altitud, pero queda por delante una exigente ruta que en casi 4,5 km obliga a superar más de 1.100 m de desnivel positivo acumulado. Si se realiza la ascensión con tiempo invernal, a esa dificultad física hay que añadir el expuesto paso convertido ya en un punto negro de la montaña aragonesa.

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