Regresan a Aragón los valiosos alabastros cedidos a Bélgica

Las piezas salieron el año pasado de varios museos de Huesca y Zaragoza con destino a la ciudad de Lovaina para formar parte de una exposición.

Los técnicos de la empresa especializado volvieron a colocar las piezas en el Museo Diocesano.
Los técnicos de la empresa especializado volvieron a colocar las piezas en el Museo Diocesano.
Museo Diocesano

Las valiosas y singulares piezas prestadas por instituciones aragonesas para la exposición del Museo de Lovaina 'La escultura de alabastro en Europa. 1330-1650' han hecho ya el viaje de retorno. Las obras de arte salieron con destino a la ciudad belga desde Huesca y Zaragoza y ya se encuentran de nuevo colocadas en sus vitrinas y retablos de origen. "Todas ellas han llegado en perfectas condiciones", ha explicaso la directora del Museo Diocesano de Huesca, Susana Villacampa. 

La exposición se inauguró en octubre y finalizó en febrero. El Museo de Zaragoza cedió temporalmente la ‘Presentación de la Virgen en el templo’, de Gabriel Joly; ‘La caridad de San Nicolás’, de Damián Forment; y un escudo de armas del Reino de Aragón. 

Traslado de nuevo de las piezas al Museo Dicesano.
Traslado de nuevo de las piezas al Museo Dicesano.
Museo Diocesano

De la catedral de Huesca salieron el retablo de Santa Ana, situado en la calle central, atribuido a Damián Forment, del siglo XVI; y dos predelas del mismo retablo. También el retablo de la Epifanía, del mismo autor, conservado en la sala del Renacimiento y el Barroco del Museo Diocesano. Y la lápida sepulcral del obispo Hugo de Urriés, de autor desconocido, que se muestra en la sala del Gótico. El envío se completó con una escultura de San Juan Bautista, del retablo de Santiago Apostol de la excolegiata Santa María la Mayor de Bolea, atribuido a Gabriel Yoly.

Y el Museo de Huesca, gestionado por el Gobierno de Aragón, aportó la ‘Alegoría de los ríos Flumen e Isuela’, un lavamanos procedente originariamente de la capilla de los Lastanosa, en la seo oscense.

Una de las cajas que contenían los alabastros.
Una de las cajas que contenían los alabastros.
Museo Diocesano

El pasado día 7 llegó a Huesca el camión de la empresa TTI International Art Services que transportaba las obras de arte. Los operarios se encargaron además de instalarlas en su emplazamiento original, un plan que se completó al día siguiente. La que más dificultad planteó fue la obra de Santa Ana, por ser la más voluminosa y de mayor peso, que hubo que volver a encajar en el retablo de la capilla del mismo nombre en la catedral. 

"Es un manejo delicado, pero se trata de una empresa especializada y saben mover las piezas, son muy profesionales", ha indicado Villacampa, quien ha recordado el papel que ha tenido en esta exposición la historiadora del arte aragonesa Carmen Morte, integrada en su comité científico. Para la directora del Museo Diocesano es "un orgullo" que se fijen en estas obras de arte, porque demuestra su calidad artística y la riqueza de la escultura de alabastro aragonesa. 

Solicitud denegada

El Museo Nacional de Escultura, perteneciente al Ministerio de Cultura y ubicado en Valladolid, ha solicitado dos piezas más, una de la colegiata de Bolea y otra de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca para una exposición temporal, pero la petición ha sido denegada. En el caso de la primera, porque precisamente acababa de regresar. Cabe recordar que además de la enviada a Lovaina, se cedieron dos tablas de la colegiata para una exposición en el Museo del Prado entre octubre y enero y que esta primavera viajarán al Museo Real Bosco di Capodimonte, en Nápoles.

La obra de arte de la iglesia de San Pedro es una madera tallada, tardogótica, muy delicada y con ciertos problemas de conservación, que desaconsejaban el traslado hasta Valladolid. 

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