Vuelve a España 275 años después el retrato de Velázquez a Felipe IV durante su estancia en Fraga

La obra, junto con otra pintada también en 1664 por el sevillano a un bufón que lo acompañaba, se puede ver en el Museo del Prado hasta el 2 de julio gracias a un préstamo de la Frick Collection.

'Felipe IV en Fraga' y 'El Primo', pintados por Velázquez en 1644,se pueden ver en el Museo del Prado hasta el 2 de julio.
'Felipe IV en Fraga' y 'El Primo', pintados por Velázquez en 1644, compartirán espacio en el Museo del Prado hasta el 2 de julio.
Museo Nacional del Prado

El Museo Nacional del Prado exhibe hasta el próximo 2 de julio la colección de pintura española de la Frick Collection de Nueva York. Nueve obras de maestros como el Greco, Goya, Murillo y Velázquez que en su mayor parte no se habían visto en nuestro país desde que salieron de España y que ahora pueden ser admiradas en la sala 16 A del edificio Villanueva gracias a un préstamo excepcional y único, que ha contado con la colaboración de la Comunidad de Madrid. 

Y entre ellas hay una de especial interés para la provincia de Huesca. 'Felipe IV en Fraga', pintada por Velázquez en 1644, cuando el monarca estaba con su séquito en la ciudad fragatina y que puede volver a verse en España 275 años después. Además, es una de las cinco obras prestadas que se han emparejado con otras tantas del Museo con las que mantienen estrechas afinidades. En este caso, 'El Primo', ya que las cuentas del viaje demuestran que pintó también este bufón que lo acompañaba. Además, usó la misma tela para ambos.

En junio de 1644, cuando Felipe IV y su séquito se encontraban en Fraga, en el contexto del conflicto militar de Cataluña, el rey se hizo retratar por Velázquez en traje de campaña. El resultado fue esta obra que dos meses después se expuso en Madrid para celebrar la toma de Lérida.

Según el Museo del Prado, es un cuadro "excepcional" por varios motivos. Al concebirse como obra aislada, el monarca no se vuelve hacia su izquierda, "algo muy inusual en un retrato real". Por otro lado, las combinaciones de los tonos encarnados, plata y marfil, junto con la manera tan eficaz y abreviada de Velázquez, dan lugar a una obra "de inusitada brillantez cromática, y de una valentía técnica solo al alcance de este artista".

Mientras, en 'El Primo', este retrato sedente, con las piernas hacia el espectador, subraya la corta estatura del personaje, cubierto con una indumentaria de rico colorido, en la que destacan los rojos y los verdes. Esa riqueza cromática, junto a la soltura técnica, la ubicación del modelo en un espacio indeterminado, sus puños cerrados o la mirada directa e inquisitiva convierten esta obra en "uno de los retratos de bufones que establecen una relación más directa con el espectador". Durante un tiempo se tendió a identificar al modelo con Sebastián de Morra, otro bufón de la corte.

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