Alarma por el robo de tractores en varias localidades de Huesca

En solo una noche desaparecieron dos vehículos de una zona agrícola situada entre Conchel y Castelflorite. Y unas semanas antes se denunció otra sustracción en Alcolea de Cinca.

Uno de los tractores sustraídos en el municipio de Pomar de Cinca.
Uno de los tractores sustraídos en el municipio de Pomar de Cinca.
Heraldo

Un agricultor de Calatorao denunciaba públicamente hace unas semanas el robo de su tractor, valorado en 40.000 euros. Lo descubrió cuando  acudió a su finca y encontró la puerta de la nave abierta. Dentro había cuatro vehículos agrícolas, y los ladrones eligieron el más nuevo. 

No es un caso excepcional. En los últimos días se han denunciado varios robos de tractores en localidades de la provincia de Huesca, lo que ha causado preocupación entre los agricultores, dado el alto valor económico de la maquinaria y el tropiezo que supone para su actividad diaria.

El último suceso ha ocurrido en el municipio de Pomar de Cinca, en una zona agrícola y de granjas situada entre las localidades de Conchel y Castelflorite, en la comarca del Cinca Medio. La misma noche los ladrones entraron en dos explotaciones vecinas y se llevaron un tractor de cada una de ellas. Para desplazarse hasta las fincas utilizaron un camión con una góngola donde los cargaron. 

Hace dos semanas se cometió otro robo en una gran explotación agrícola de Alcolea de Cinca, también en el Cinca Medio. En este caso se llevaron un tractor y un par de aperos agrícolas. "Algunos vehículos no son nuevos pero dan servicio, funcionan, y pueden tener un valor entre 20.000 y 50.000 euros", comentan fuentes de los afectados. Reconocen que la noticia de Pomar, y más teniendo en cuenta el precedente, ha puesto en alerta al sector. 

Otra oleada de robos que también tuvo en vilo a los agricultores fue la de elementos de los sistemas de navegación GPS de los tractores. Se denunciaron sucesos similares en Torres de Barbués, Ballobar o Villanueva de Sijena. Pero el sindicato ya advirtió de que había denuncias generalizadas en el país. 

Dada la escasez global de chips semiconductores, los fabricantes de estos dispositivos electrónicos estaban teniendo problemas para atender los pedidos y la creciente demanda de sistemas GPS por parte de los agricultores estaba sin cubrir. De ahí que muchas personas recurrieran al mercado de segunda mano.

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