El legado más desconocido de Ramón Acín: de una etiqueta de lejía a un cartel de San Lorenzo

El Museo de Huesca exhibe con motivo de su 150 aniversario parte de la colección del artista oscense, cuya obra nunca deja de sorprender.

Una de las etiquetas de lejía diseñada por Acín para la Industrial Oscense, con cuyo dueño le unía una gran amistad.
Una de las etiquetas de lejía diseñada por Acín para la Industrial Oscense, con cuyo dueño le unía una gran amistad.
Heraldo

La obra del oscense Ramón Acín siempre depara sorpresas. Fue un artista polifacético, con múltiples inquietudes, que no pudo desarrollar debido a su temprana muerte, con solo 48 años, asesinado en los primeros días de la Guerra Civil. Pese a ello dejó un gran legado, adquirido por el Gobierno de Aragón y depositado en el Museo de Huesca. Ahora, con motivo del 150 aniversario de este centro, donde constituye una figura clave, se quiere mostrar al público una parte de la obra guardada en los fondos de reserva, ya que solo se exponen de forma permanente una decena de pinturas y esculturas.

A lo largo de este año, el espacio cultural ha programado una rotación trimestral de los fondos, "para darle el protagonismo que merece". 'El valor de un legado. Ramón Acín en el Museo de Huesca' consta de varias muestras, la primera de las cuales ya se puede ver en la sala 8 bajo el título ‘Ramón Acín y las vanguardias. El Zodíaco’. Se trata de un conjunto muy curioso de 12 dibujos a lápiz que representan los signos del Zodíaco. Realizados en torno a 1930, se trata de una serie de dibujos lineales, con sencillos trazos y grandes volúmenes de inspiración picassiana. En este trabajo, Ramón Acín demuestra el conocimiento de las vanguardias europeas, aunque sin elegir ninguna en particular.

Una de las cinco obras que hizo relacionadas con las fiestas de San Lorenzo.
Una de las cinco obras que hizo relacionadas con las fiestas de San Lorenzo.
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La segunda exposición, ‘Ramón Acín y la publicidad’, que podrá visitarse en el segundo trimestre del año, acerca su faceta como grabador y diseñador de litografías de carteles, programas de fiestas y etiquetas comerciales. En esta ocasión, se expondrán tres etiquetas de lejía, producida por la Industrial Oscense, con cuyo propietario le unía una gran amistad.

El tercer trimestre del año irá destinado a ‘Ramón Acín y Huesca. Carteles de San Lorenzo’, con cinco obras relacionadas con esta fiesta tan arraigada en Huesca. Se hará coincidir con la celebración del patrón. 

La cuarta y última exposición, que cerrará el año, se titulará ‘Ramón Acín y el humor gráfico’. A través de varias viñetas, mostrará la faceta del artista en este ámbito y su colaboración con la prensa de la época.

Belén Egea, conservadora de Bellas Artes del Museo de Huesca, destaca el protagonismo de Acín en el centro, donde está depositado un valioso legado, conservado gracias al empeño de la familia, que refleja todas las etapas y postulados estéticos del artista. "Tiene muchísima obra, pero el Museo dispone un espacio reducido y no podemos exponer todo lo que hay guardado en las áreas de reserva. Aprovechando la efeméride hemos querido destacar un panel en la sala dedicada a él donde iremos rotando los fondos para que se puedan ver distintas facetas de él".

 

Uno de los 12 dibujos a lápiz que representan los signos del Zodíaco.
Uno de los 12 dibujos a lápiz que representan los signos del Zodíaco.
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Con este programa expositivo, el centro reivindica la importancia de la trayectoria artística de este artista "único e irrepetible, adelantado a su tiempo y precursor de las vanguardias europeas de entreguerras, siempre vinculado a su Huesca natal".

Prueba del valor que le da es que en 2021 la aportación del Museo al Año Goya fue una exposición sobre los puntos de encuentro en la técnica y el mensaje entre el polifacético artista oscense y el pintor de Fuendetodos. Precisamente la tauromaquia era el eje principal de la exposición, que rescató también en esta ocasión obras de Acín guardadas en los almacenes. En el libro 'Las corridas de toros en 1970' él imaginó desde la perspectiva de 1928 cómo sería la tauromaquia décadas después. 

"Era una persona muy inquieta, que no pudo terminar de desarrollar todo lo que generaba porque su vida se vio truncada. Si hubiese seguido, no sabemos dónde habría llegado", concluye Belén Egea.

 

 

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