Mujeres aragonesas rompiendo estereotipos en la ciencia

Valeria Corrales, de 14 años, ha sido reconocida por ‘Forbes’ por inspirar vocaciones científicas entre las niñas. Tanto la Universidad como la FP luchan por reducir esta brecha de género  

Patricia Heredia, ingeniera de Telecomunicaciones y mentora de Valeria Corrales, que con 14 años ha sido nombrada por ‘Forbes’ como una de las ‘changemakers’ de 2023.
Patricia Heredia, ingeniera de Telecomunicaciones y mentora de Valeria Corrales, que con 14 años ha sido nombrada por ‘Forbes’ como una de las ‘changemakers’ de 2023.
Javier Navarro

Valeria Corrales todavía no sale de su asombro. Y es que con solo 14 años, esta oscense acaba de aparecer en una lista de la prestigiosa revista ‘Forbes’. Ha sido nombrada una de las ‘changemakers’ de 2023, es decir, personas que este año destacarán por su capacidad para transformar la realidad y dirigir a la sociedad civil hacia un futuro más prometedor. En esa misma lista están también el neurocientífico Rafa Yuste, los astronautas Pablo Álvarez y Sara García o el chef Ángel León.

"Es muy guay, estamos muy contentas porque no esperábamos salir en una lista con gente tan ‘crack’, es como que no nos lo merecemos", afirma aún atónita Valeria. Y habla en plural porque aunque ella haya salido en los titulares, comparte este honor con su tutora, Patricia Heredia, una ingeniera de Telecomunicaciones también oscense que hace siete años dio un giro radical a su vida y pasó de diseñar ‘software’ de trenes a enseñar robótica a los más pequeños. Algo que entonces parecía casi de ciencia ficción pero que ha convertido a ambas en referentes. En los casi 450 vídeos que han colgado ya en su canal de Youtube, ‘ValPat Steam’, tratan de inspirar sobre todo a las niñas "a apasionarse como ellas por el mundo de la tecnología, la electrónica, las matemáticas y la robótica".

Una niña aprende a montar las piezas de un pequeño robot.
Una niña aprende a montar las piezas de un pequeño robot.
Verónica Lacasa

Ambas forman parte de la ‘Alianza Steam -acrónimo inglés de las iniciales de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas- por el talento femenino’, una iniciativa liderada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional para fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas en chicas y jóvenes. Y es que, a nivel nacional, las mujeres son menos del 11% de los estudiantes de Informática y Comunicaciones en FP y en torno al 25% de los universitarios en las ramas de Ingeniería cuando, por ejemplo, en las enseñanzas de Ciencias de la Salud suponen casi el 75%.

Valeria tiene muy claro cuál le gustaría que fuera su aportación para transformar la realidad: "Que haya muchas más mujeres y muchas más niñas en el mundo de la tecnología y que se den cuenta de que puede ser muy divertida porque, además, la van a necesitar en el futuro sí o sí". Y esa diversión es lo que intentan transmitir en sus vídeos. "Queremos que pierdan el miedo a lo desconocido y a fracasar", añade Patricia.

Ambas se conocieron en un taller de robótica. "Fue la única chica que se apuntó", recuerda Patricia. Una muñeca Goldie Blox que le regalaron sus padres, diseñada para crear habilidades relacionadas con la ingeniería, despertó la curiosidad de Valeria por este campo. Entonces, empezó a bucear en tutoriales ‘online’ de programación hasta que Patricia abrió su academia, MiniVinci. Juntas empezaron a grabar vídeos y en 2017 ya llamaron la atención de los gurús de la tecnología, que comenzaron a llamarlas para foros como el Women Techmakers de Zaragoza, impulsado por Google.

A partir de allí se dieron cuenta de que lo que hacían podía interesar y se profesionalizaron. Lanzaron una campaña de micromecenazgo y lograron recaudar más de 11.000 euros para abrir su canal de YouTube. También llegaron los patrocinios. Y comenzaron a publicar un vídeo cada semana. Los últimos hablan de ‘Mi experiencia de un curso ‘online’ de inteligencia artificial’, ‘Los 10 mejores robots y kits para niños y niñas’ o ‘Descubre todo lo que crear con el taller de robótica’. Están dirigidos sobre todo a niños y niñas de 8 o 9 años en adelante.

La mayoría de visualizaciones proceden de España y de países latinoamericanos como México, Argentina, Perú o Colombia. Y además de niños y niñas, "recibimos muchos mensajes de profesores que usan nuestros vídeos en sus clases". Patricia y Valeria esperan que poco a poco la robótica se asiente en las aulas, ya que el Ministerio quiere también fomentar el interés por las áreas científicas que engloban las disciplinas Steam.

Su pasión por la tecnología llevó a Valeria al programa televisivo ‘Got Talent’, donde dejó al jurado y al público boquiabiertos con un robot que resolvía un cubo de Rubik. "Al acabar la actuación ni me acordaba de lo que había hecho porque estaba súper nerviosa, aunque al final nos salió todo muy bien", recuerda.

Poco a poco, todo ese trabajo está dando frutos. Solo en su academia, el porcentaje de niñas que asisten a clases ha subido del 19% al 28% y en algún taller puntual han alcanzado incluso el 50%. "Las chicas a veces dicen que esto de la robótica es de chicos, que hay que saber muchas matemáticas o que se hacen cosas aburridas porque asocian la ingeniería con hacer puentes. Y como se suelen decantar por otras áreas científicas como la medicina o la enfermería porque les atrae más el componente social, intentamos hacer proyectos donde vean que, por ejemplo, la ingeniería artificial puede ayudar a niños autistas, porque eso les puede atraer más", dice Patricia.

La visibilidad cada vez mayor de mujeres referentes de la ciencia está provocando un lento pero continuado aumento del interés de las más jóvenes por la robótica.
La visibilidad cada vez mayor de mujeres referentes de la ciencia está provocando un lento pero continuado aumento del interés de las más jóvenes por la robótica.
Verónica Lacasa

Clases ‘online’ en un instituto de Estados Unidos.

Ambas trabajan juntas en la academia dos horas cada día, de 12.00 a 14.00, además de algunas tardes, ya de forma telemática. Y para poder tener esta flexibilidad, Valeria ha tenido que cambiar su educación. Al llegar a la ESO, sus padres, Gonzalo y Teresa, decidieron matricularla en un instituto totalmente ‘online’ de EE. UU. y ya va por su tercer curso. Él es cofundador de una empresa que ha gestionado becas a cerca de 3.000 estudiantes y deportistas en universidades americanas. "Para nosotros buscar una educación en inglés era un imperativo, ya que queremos que nuestros dos hijos vayan a estudiar a Estados Unidos", explica Gonzalo.

Así, cada mañana Valeria se conecta desde el portátil de su casa. La principal ventaja de este modelo es que puede elegir las materias -álgebra, química, inglés, historia de EE. UU. y un idioma extranjero- y dedicarle más tiempo a la tecnología. Además, su abuelo, que fue profesor durante 40 años, le da refuerzo en matemáticas y química. "Me gusta más esta forma de estudiar", asegura Valeria.

Para sus padres, el reconocimiento de ‘Forbes’ hacia su hija es "exagerado", pero también niegan que solo haya influido la suerte, "porque Valeria es ante todo muy trabajadora", resaltan. Además, hacen hincapié en que "todo esto, sin la figura de Patricia, hubiera sido imposible".

Titulaciones con más brecha de género

Aragón intenta corregir las desigualdades en la ciencia tanto en FP como en universidad con múltiples acciones que promueven la eliminación de estereotipos sexistas sobre las profesiones. En esa lista hay programas como ‘Una ingeniera en cada cole’, en el que profesionales de este campo explican a alumnado de primaria la aplicación práctica de la tecnología de la mano de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas de Aragón; ‘Come to industry’, en el que embajadoras de oficios orientan a estudiantes de secundaria y bachillerato hacia los sectores industrial, tecnológico, ganadero y energías renovables; o ‘Soy científica. Vivo en tu barrio’, donde Unizar presenta referentes reales y cercanos de investigadoras, rompiendo así con estereotipos contraproducentes.

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Y es que en FP, hay grados superiores vinculados al sector Steam con porcentajes bajísimos de chicas como Energías Renovables (3,2%), Mantenimiento Electrónico (5,3%), Automatización y Robótica Industrial o Desarrollo de Aplicaciones Web (14,7%). En el lado positivo está la tendencia ascendente de otros como Animaciones 3D, que ha pasado en pocos años del 7,6% al 25,8% o Química Ambiental (del 35,5% al 52,2%).

En los estudios universitarios, hay menos del 20% de alumnas en las ingenierías Mecánica, Informática, Eléctrica o Mecatrónica. En la Politécnica de La Almunia, solo el 25% de los estudiantes son mujeres, y en la de Teruel apenas llegan al 13%. Más esperanzadoras son otras titulaciones como Física (34%), Matemáticas (37%) y, sobre todo, Química (52%).

En esta legislatura, la Consejería de Ciencia ha recuperado la Comisión Asesora de Mujer y Ciencia para acelerar estos avances y, siguiendo sus recomendaciones, en la concesión de ayudas ha empezado a aplicar criterios de género para romper los techos de cristal. Así, en la última convocatoria de proyectos I+D+i 2021-23 recibieron un punto extra los grupos liderados por investigadoras y en la nueva para grupos de investigación 2023-2025, la cuantía se incrementará un 5% si lo encabeza una investigadora. Y es que, pese a representar el 44% del total de investigadores, las mujeres solo lideran 56 grupos frente a 164 de hombres.

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