Huesca

El Voluntariado celebra su fiesta en la casa familiar de Cruz Blanca en Huesca

El premio Voluntario del Año 2022 se ha entregado a Lorenzo Torrent, presidente de Valentia, y a la Carnicería Miguel Escuer por su colaboración con diferentes entidades sociales.

El salón de actos Javier Osés de la Casa Familiar de los Hermanos de la Cruz Blanca en Huesca ha sido este lunes escenario de la celebración del Día Internacional del Voluntariado, un acto entrañable que ha reflejado en dos nombres propios la importante labor de quienes día a día ofrecen su trabajo y su tiempo de manera desinteresada para que la sociedad sea un poco mejor.   

Lorenzo Torrente, presidente del patronato de la Fundación Valentia, y Miguel Escuer, empresario, han recibido sendas distinciones por parte de la Plataforma del Voluntariado de Aragón. Representantes de diferentes instituciones han destacado el valor de la acción voluntaria como motor de cambio, de transformación hacia una sociedad más comprometida con los Derechos Humanos.

Para la Plataforma, el objetivo de la tarea solidaria es transformar realidades, procurar una sociedad más igualitaria a medio y largo plazo. Esa vocación de cambio social se aprecia, sobre todo, en tiempos de calma, porque "las vulnerabilidades humanas existen más allá de las emergencias puntuales y desde luego, estaban presentes mucho antes de las crisis recientes que hemos vivido", ha señalado Juan Hidalgo, presidente de esta entidad.  

Tras la actuación de 'La Violinista sobre el Tejado', la lectura del Manifiesto y la  intervención de los representantes institucionales, se han otorgado los reconocimientos. Cruz Blanca ha entregado el Premio del Voluntariado 2022 al grupo del Teléfono Psicosocial por su apoyo y escucha a las personas en situación de soledad y duelo durante la pandemia. 

Miguel Escuer, empresario oscense, ha recibido el premio Voluntario del Año 2022 que concede la Plataforma de Aragón por su continuada colaboración con diferentes entidades sociales. "Desde hace 25 años intentamos estar donde se nos pide o pensamos que podemos aportar algo", ha comentado. Según ha dicho colaboran con asociaciones como Down, Aspace, Autismo, Alzheimer… "Ser voluntario es sentirse bien y cuando uno se siente bien haciendo lo que realmente te apetece y te dicta el corazón es muy sencillo", ha dicho. Aunque ha reconocido sentirse "muy contento" con esta distinción, ha apuntado que "lo más triste es que algo que tiene que ser normal nos haga diferentes".

El mismo premio ha recibido Lorenzo Torrente, presidente del patronato que gestiona la Fundación Valentia.  "Es una satisfacción tremenda porque en el día a día no nos damos cuenta del tiempo que pasa, el tiempo que llevamos en esto que, en mi caso, son 20 años", ha señalado. Su labor de voluntariado se ha desarrolla en esta entidad porque "mi hermana es discapacitada intelectual y en la familia siempre había una gran preocupación, un inquietud por las personas distintas". 

Torrente ha señalado que al echar la vista atrás te quedas "un poco perplejo por todo lo que has ido recorriendo y, sobre todo, por el enriquecimiento personal que he tenido al colaborar como voluntario". Ha admitido que el camino no está exento de problemas porque "hablamos de personas y cada una tiene su historia. En todo caso, ha precisado que esta tarea te permite conocer muchos otros entornos y cumplir una función que es "la de apoyar a las familias, a los padres, que siempre tienen la inquietud de qué será de su  hijo o hija cuando ellos falten". "Te deja muy tranquilo ver que las cosas se están haciendo bien y, sobre todo, saber que hay muchas personas detrás, que yo puedo ser la cabeza como presidente del patronato, pero ellas están ahí cada día como voluntarios, trabajadores… en una labor que a veces resulta bastante dura", ha resaltado.