Mañana de subidón emocional y de relevos en la anhelada vuelta de los Danzantes

Antonio Nunilo y Jesús Gracia se han retirado "alegres y emocionados" después de 50 años en la agrupación. Y Jorge Tuda y Enrique Blasco han vivido un debut "increíble".

Esos dos toques del bombo de la Banda de Música que siempre ponen el alerta al público y la orden del bastón del Mayoral, Francisco San Emeterio, han provocado este 10 de agosto, día grande de las Fiestas de San Lorenzo, un subidón emocional en la anhelada vuelta de los Danzantes de Huesca. Además, ha sido una mañana de relevos ya que Jorge Tuda y Enrique Blasco han recogido el testigo de Antonio Nunilo Gabás y Jesús Gracia Añaños, respectivamente, que hoy han 'colgado' las espadas y palos después de 50 años en la agrupación.  

Aunque quizá en menor número de que otros años, ha habido quien ha decidido madrugar mucho o 'empalmar' con la noche para asegurarse un puesto en primera fila en la plaza de San Lorenzo. Algunos espontáneos han amenizado la espera de público con canciones y jotas. También el cantador oscense Roberto Ciria ha cumplido con la tradición y ha entonado una jota al santo minutos antes de la actuación.

Uno a uno, los 29 danzantes (los 27 habituales más los dos que se estrenaban) han ido llegando a la plaza entre aplausos del público, al igual que los miembros de la Banda de Música de Huesca, parte imprescindible de este día grande de las Fiestas. Y mientras, se iban escuchando vítores a San Lorenzo. 

"Me despido con alegría porque ha sido un privilegio y un orgullo estar tantos, pero siento que ya iba siendo hora de que lo dejara"

Y a las 8.30 en punto ha vuelto a sonar el baile de 'Las espadas', acompañado de las palmas de los oscenses, que han sonado más fuerte que nunca después de haber estado en obligado silencio estos dos últimos años. Iba a ser el último dance de Antonio Nunilo, aunque al final también ha tenido que bailar con los palos por la lesión de un compañero. "Me despido con alegría porque ha sido un privilegio y un orgullo estar tantos pero siento que ya iba siendo hora de que lo dejara, aunque ahora se queda mi yerno y estamos muy contentos en la familia. Hoy ya iré detrás de la procesión como un oscense más", ha afirmado. En su caso, este 10 de agosto ha sido doblemente especial por su retirada "y porque después de dos años que llevábamos sin bailar, teníamos ganas de volver a estar con los oscenses todos unidos, porque sin ellos nada de esto sería lo mismo", ha recalcado. 

Su sustituto, Jorge Tuda, casi no tenía palabras para describir su debut. "Ha sido impresionante, la verdad, increíble", ha resumido. Tras el baile de 'Las espadas', su suegro se las ha cedido y se ha estrenado en la agrupación. "Lleva muchos días ya dándome consejos pero hoy lo importante era el abrazo", ha agradecido. Además, ha valorado la respuesta un año más de los oscenses "porque se notaba desde hace tiempo que había muchas ganas y el ambiente al final no ha defraudado". 

El segundo 'adiós' ha sido el de Jesús Gracia Añaños, que como su homólogo también empezó a danzar en 1973. "Ha sido una despedida muy emotiva pero también muy tranquila sabiendo que dejo a un sobrino en mi lugar y que todos estos años han sido fantásticos con esta agrupación que son más amigos y familia que compañeros", ha manifestado. Ha asegurado que estos 50 años han pasado "muy deprisa". Entre los consejos que le ha dado a su sobrino, "que disfrute todo lo que pueda y que no se ponga nervioso porque esto es para bailar lo más a gusto posible". 

Su reemplazo, Enrique Blasco, ha admitido estar "muy contento y eufórico" tras su primera actuación. "Ha sido mucho más natural de lo que pensaba porque esta noche no he pegado ojo ya que te pasan mil pensamientos por la cabeza pero una vez que he estado dentro de la plaza, los nervios han desaparecido y más al sonar la música", ha explicado. También ha aplaudido la respuesta del público "porque estaban todos muy sonrientes y emocionados". Sobre si le gustaría estar 50 años como su tío, "lo veo un poco difícil pero ojalá; a ver lo que me duran las articulaciones", ha contestado.  

Sorpresa con la peana de San Lorenzo

Francisco San Emeterio ha acabado más que satisfecho del regreso. "La gente se ha quedado muy contenta y los Danzantes, muy ilusionados por haber vuelto a ponerse los trajes y a bailar después de tres años", ha resumido el Mayoral, al tiempo que ha valorado el relevo de los dos miembros de la agrupación porque "entran dos personas con ganas de bailar y de seguir con la tradición". Además, ha agradecido el gesto que han tenido desde la Cofradía de sacar la peana de San Lorenzo a la puerta de la basílica a mitad del primer dance. "Ha sido una sorpresa muy emocionante y supongo que habrá sido en memoria de las víctimas del covid", ha destacado.    

Para Jorge Martín, el Rapatán que lleva el palo de la albahaca (de la huerta de Barbereta), ha sido una mañana "muy distinta" después de dos años sin bailar. "Se notaba en las ganas de gente y yo mismo cuando venía hacia aquí tenía más nervios que otros años", ha confesado. Espera que no se vuelva a repetir nunca más este parón "porque para mí ha sido muy triste y casi depresivo"

Uno a uno, el público ha llevado en volandas a los Danzantes en el resto de bailes ('Los palos viejos', 'Las cintas', 'Los palos viejos' y 'El degollau', además de 'Las espadas' de nuevo) y la plaza ha cerrado la actuación con una sonora ovación antes de un breve descanso para retomar los dances en la procesión.

"Después de estos dos años de parón, volvernos a ver todos aquí y oír de nuevo la música de San Lorenzo es muy especial"

Ana Belén Espinosa, expresidenta de la peña Zoiti, es una de las 'fijas' de esta mañana del día 10. "Desde hace unos años ya no venimos a las tres o cuatro de la mañana a coger sitio como hacíamos antes. Pero nos seguimos levantando pronto y ahora lo hago con mi hijo de caso dos años porque para él es su primer San Lorenzo ya que nació en la pandemia", ha señalado. Para ella, la mañana del 9 de agosto, la actuación de los Danzantes y la despedida al santo del 15 son los actos más representativos y entrañables "y después de estos dos años de parón, volvernos a ver todos aquí y oír de nuevo la música de San Lorenzo es muy especial".

Otra oscense que nunca se pierde este acto del día grande es Victoria Gabarre, que ya desde joven salía de las peñas y cogía sitio muy pronto en la plaza. "Te echabas alguna cabezada porque estabas cansada, pero podías coger la primera fila para aplaudirles. Hoy me he retrasado un pelín y he tenido que quedarme algo más atrás", ha señalado. Y ha logrado inculcarles la misma tradición a los hijos y ahora a los nietos "porque el día de San Lorenzo es sagrado", ha remarcado. 

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