Rescatados dos senderistas en el Pirineo por golpes de calor
La Guardia Civil los evacuó al Hospital de Jaca desde el pico Espulunga y el embalse de Brazatos. Además realizó otros siete salvamentos el fin de semana, uno de ellos en Monte Perdido, donde se quedó enriscada una persona en mitad de la pared de acceso al glaciar.
Las altas temperaturas se han dejado sentir este fin de semana incluso en el Pirineo, hasta el punto de que motivaron la evacuación de dos senderistas afectados por golpes del calor. Se trata de una vizcaína de 53 años y un ciudadano polaco de 20 que tuvieron que ser rescatados por la Guardia Civil y trasladados en helicóptero al Hospital de Jaca.
El primer rescate tuvo lugar en el pico Espelunga, en el término municipal de Aragüés del Puerto. Fue a las 15.00 cuando el Greim de Jaca recibió el aviso y acudió hasta allí con un médico del 061. Tras localizar y asistir a la senderista fue evacuada a Jaca en helicóptero para en una ambulancia llevarla al hospital, donde fue atendida por el golpe de calor.
Apenas tres horas después, hubo otro aviso por la misma razón, en este caso el afectado era un joven de 20 años que estaba en el embalse de Brazatos (Panticosa) junto con dos compañeros. A causa de su estado por las altas temperaturas no podía continuar. La unidad aérea desplazó hasta allí a especialistas del Greim de Panticosa y el de Jaca y a un sanitario, que trasladaron al senderista a una zona menos boscosa para poder izarlo al aparato y sacarlo de allí. Se le condujo a Sabiñánigo y desde allí en ambulancia al hospital jacetano.
Ese mismo viernes, el Greim de Panticosa atendió otro aviso emitido desde el refugio de Respomuso (Sallent de Gállego) informando que un montañero que había llegado hasta allí tenía un dolor en el pecho y no podía continuar. El varón, de 50 años, vecinos de Talavera de la Reina (Toledo) fue evacuado a Sabiñánigo y en una uvi móvil trasladado a un hospital.
El sábado se llevaron a cabo otros tres rescates. El más espectacular ocurrió por la tarde en Monte Perdido, donde un montañero, un francés de 27 años, se había quedado enriscado en mitad de la pared de acceso al glaciar. Fueron otras personas las que dieron la voz de alarma al ver a alguien en la cara norte gritando y haciendo gestos con una manta térmica. El helicóptero dejó a los rescatistas por encima del enriscado e instalaron un rápel de 55 metros hasta el suelo. Tras asegurarlo y comprobar que se encontraba bien, lo bajaron hasta el suelo. Salió ileso del percance.
A primera hora de la mañana, la Guardia Civil auxilió a un navarro de 27 años que la noche anterior llamó para decir que se ha perdido. Se le hizo de noche el viernes en el barranco de Gabietos (Torla) y no podía ni bajar ni subir. El Greim de Boltaña, tras analizar las coordenadas facilitadas y viendo la complejidad del sitio, le preguntó si tenía ropa de abrigo, agua y comida para poder pasar noche. Al contestar que sí, se decidió esperar para realizar el rescate a primera hora de la mañana con apoyo de la Unidad Aérea de Benasque y el médico 061 para evacuarlo con más rapidez.
El tercer rescate del sábado fue en Peña Telera. Un guipuzcoano de 56 años sufrió un accidente y tenía un fuerte dolor en el tobillo que le impedía seguir. Se le evacuó por aire a Jaca para ser atendido en el hospital.
Este domingo se han producido otros tres rescates. El más grave, el de un barranquista en el Gorgonchón (Casbas de Huesca), un madrileño de 23 años. Al realizar un salto en la primera poza con los brazos abierto sufrió una luxación de hombro y se desmayó. Cuando llegó el Greim de Huesca con el helicóptero ya había recuperado la conciencia. Lo llevaron al eropuerto de Monflorite para ser transferido a una ambulancia al Hospital Universitario San Jorge de Huesca.
Además, una senderista alicantina de 51 años sufrió una torcedura mientras realizaba el recorrido de la Senda Rabalsorri (Sahún). El último auxilio del que ha informado la Guardia Civil ha ocurrido en el pico Aspe (Aísa) a las 14.40 de este domingo. Un grupo de senderistas perdió de vista en el descenso a un compañero, un británico de 68 años. Tras un reconocimiento aéreo de la zona se le localizó enriscado en una pared, siendo un lugar de difícil acceso. La aeronave se aproximó para, tras varios intentos, dejar a un especialista en una repisa próxima. Una vez se pudo acceder hasta él, se le colocó un pañal de evacuación para sacarlo de allí.
