El riesgo de incendio condiciona las populares fiestas de las fallas en el Pirineo

Laspaúles suspende el descenso por el monte, pero la celebración se mantiene en otras localidades.

Participantes en las fallas de Laspaúles, que se celebraron el viernes con multitud de visitantes.
Participantes en las fallas de Laspaúles, en una imagen de archivo
S. Cubota

Pese a que en la tarde noche del martes cayeron varios chubascos sobre la zona, la humedad generada por estas precipitaciones no ha hecho variar a la alcaldía de Laspaúles la decisión sobre la supresión este año del faro que se enciende fuera del pueblo y la bajada de las fallas por los montes próximos a la localidad.

El bando es concluyente: “Ante la sequedad del monte y el riesgo de incendios, el Ayuntamiento de Laspaúles informa de la suspensión de los faros de San Juan, la bajada de antorchas y toda actividad de fuego fuera del casco urbano”. En una decisión extensible a las fallas mucho más íntimas y secretas de otras dos localidades del municipio, Suils y Villarroé. 

Juan Ignacio Espot, el alcalde laspaulino, recuerda que pese a la lluvia caída este martes -"muy escasa y que no ha servido para humedecer el ambiente, lo que mantiene muy alto el riesgo de incendios"-han tomado esta decisión en un ejercicio de responsabilidad. "Ya vendrán otros años, y aunque somos conscientes de que la decisión ha molestado a más de uno, yo personalmente prefiero hacer la bajada de las fallas entre la masa vegetal el próximo 2023 y no en medio de un paisaje cenizoso".

La decisión ha despertado división de opiniones pero Espot se muestra inamovible recordando que el monte está muy seco en todo el espacio pirenaico y que el recorrido habitual desde el Faro de Laspaúles atraviesa una de tupida vegetación "que podría arder como la yesca al menor accidente".

El programa de estas fallas de Laspaúles en su edición de 2022 mantiene la celebración este jueves, a las seis, de un taller de esculturas para los más pequeños y prevé hacia las diez y media de la noche, el encendido de un Faro alternativo en la plaza del pueblo desde donde saldrá el recorrido de las fallas en casco urbano. Una actuación a las once y media del Compañía Peliagudo Arte y Circo, con reparto de torta de San Juan y de vino entre todos los presentes completará este reducido programa por culpa de la sequía.

Una problemática que no tienen en Sahún donde, ante el irreversible emboscamiento de los caminos que llevaban a la parte alta del monte, se decidió hacer el faro a la entrada del pueblo. Por ello las fallas de la localidad, posiblemente las más dinámicas de todas las ribagorzanas, volverán sin alteraciones este año y se iniciarán a las 21.30 de este juevesm cuando el último casado del pueblo prenda fuego al faro y se de inicio a uno de los espectáculos ígneos más sorprendentes del espacio pirenaico.

Tampoco en Montanuy, el tercer municipio ribagorzano que celebra la fiesta la noche mágica de San Juan, tienen previsto realizar ninguna alteración en el programa. Su alcaldesa, Esther Cereza, comenta que han estado barajando diferentes opciones pero que el faro de Montanuy es el que mejores condiciones presenta de todo el municipio –se bajan también fallas en Castanesa, el próximo día 1; en Noales, el 2; y en Aneto, el 9- ya que se encuentra en un camino asfaltado y las fallas desciende por un paraje muy limpio y con escasa vegetación. "Ahora veremos qué hacer con los otros tres pueblos, pero tomaremos la decisión en función de la evolución de los acontecimientos".

Bonansa es el otro municipio ribagorzano donde se bajan las fallas, la noche el 25, y para entonces las predicciones meteorológicas apuntan a fuertes tormentas en los Pirineos que van a desactivar la amenaza de incendios.

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