Arranca el juicio contra la joven que mató a su exnovio en Broto el día de San Valentín

La Fiscalía pide para ella 20 años de prisión por un asesinato con alevosía, ya que le asestó cuatro cuchilladas de manera sorpresiva, sin que pudiera reaccionar.

Salida de la detenida por el crimen de Broto
Salida de la detenida por el crimen de Broto tras su declaración en el Juzgado de Boltaña en 2020.
Verónica Lacasa

Daniela Valencia, de 24 años, se sentará a partir de este viernes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Huesca, acusada de matar con un cuchillo a su exnovio, un joven de 26, muy conocido en la localidad pirenaica de Broto, donde regentaba un bar y con el que mantuvo una relación sentimental durante tres años y medio. La primera jornada de la vista oral se celebrará a puerta cerrada, ya que se destina a la elección del jurado. El proceso se reanudará el lunes con su declaración y se prolongará varios días. 

Daniela Valencia está en prisión provisional desde hace más de dos años. Según la acusación, el 14 de febrero, curiosamente el día de San Valentín, sobre las seis de la tarde "de manera sorpresiva y repentina" mató a su exnovio asestándole cuatro cuchilladas en el tórax, sin que este tuviera posibilidad alguna de reacción o protección. La acusada, estima la Fiscalía, le sorprendió en el momento en que él entraba confiadamente en su domicilio, desconociendo que ella le aguardaba ahí. Aprovechando que la víctima se encontraba desprevenida quitándose la cazadora, estando con la mano izquierda dentro de la manga y portando las llaves de su casa en la mano derecha, le clavó un cuchillo de cocina de 27 cm de longitud. 

Según el relato de la acusación pública, media hora antes, ella había llegado al apartamento al que accedió con un juego de llaves que tenía. Una vez en la vivienda, llamó por última vez desde su móvil al de la víctima y estuvieron hablando durante más de veinte minutos. Terminada la conversación, la acusada cogió dos cuchillos de la cocina y rajó varias prendas de vestir de la víctima.

Cuando él llegó al dúplex, procedente del bar que regentaba en Broto, se dirigió hacia la escalera. Ella, que estaba en la planta de arriba, oyó que llegaba, bajó y al alcanzar los  primeros peldaños lo acuchilló. La víctima estaba a los pies de la escalera y recibió las primeras puñaladas con trayectoria descendente, una de las cuales le perforó el lóbulo pulmonar izquierdo. La tercera entró en el corazón y le produjo la muerte, y aún hubo una cuarta. La víctima cayó hacia atrás y quedó tendida en el suelo sobre un charco de sangre. No se encontró en su cuerpo señal alguna de lucha o defensa. 

Después Daniela V. G. se autolesionó y subió a la segunda planta para lavarse las heridas en el cuarto de baño antes de abandonar la casa después de dejar uno de los cuchillos que usó en el baño y otro en la encimera de la cocina.

La chica se marcó a casa, cogió las llaves del coche y huyó en dirección a Boltaña con el vehículo propiedad de la víctima que ella usaba habitualmente. Dio vueltas por la carretera y por varias pistas y caminos y ya de noche paró en la localidad de Yebra de Basa, aparcó y durmió en el vehículo.

A las 15.15 horas del 15 de febrero, 20 horas después del crimen, pidió prestado un teléfono con el que llamó a un familiar y le dijo dónde se encontraba, siendo detenida por la Guardia Civil, que ya la estaba buscando. 

La Fiscalía la considera autora de un delito de asesinato con alevosía, por el que le pide 20 años de prisión, prohibición de comunicarse y aproximarse a menos de 1.000 metros a los padres y hermanos de la víctima, y tampoco podrá residir en la localidad de Broto y en un radio de 30 kilómetros del casco urbano 10 años después del cumplimiento de la pena. Y deberá indemnizar a los padres con 73.508,17 euros a cada uno, al hermano, con 16.079,91 euros y a la hermana con 21.300, 66 euros.

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