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Crimen de Broto: ¿legítima defensa o ataque súbito por despecho?

Los atestados que han llegado al Juzgado se inclinan más por una agresión sorpresiva por parte de Daniela ante la que Geovanny no tuvo ninguna capacidad de reacción.

Detenida en Broto
Detenida en Broto
Rubén Darío Núñez

"Tú eres el motivo de mi felicidad. Te amo". Este era el cariñoso primer mensaje que Daniela Valencia, con apenas 18 años, publicaba el 9 de marzo de 2016 en una red social junto a una foto en la que aparecía dando un romántico paseo en barca con Geovanny Valencia. Casi cuatro años después, ella duerme en la cárcel de Zuera por matar presuntamente de dos certeras cuchilladas al que actualmente era ya su exnovio.

Un crimen que ha conmocionado esta semana al pequeño pueblo de Broto, a las puertas de Ordesa, y que sigue arrojando muchas incógnitas. Y es que pese a que la detenida, de 22 años, mantuvo tanto en su primera declaración ante la Guardia Civil como en su posterior comparecencia con la juez que había actuado en defensa propia después de que la víctima le amenazara antes con el mismo cuchillo, los informes policiales que han llegado al Juzgado se inclinan más por otra hipótesis: un presunto ataque súbito por un despecho amoroso ante el que Geovanny, de 26 años, no tuvo capacidad de reacción. Lo que se descartó desde el principio fue que participaran terceras personas.

Los hechos se produjeron el viernes 14 de febrero, día de San Valentía. Según declaró la detenida, sobre las 18.00 acudió al domicilio de su exnovio para recoger unas pertenencias que todavía seguían en el apartamento de él. Aunque había roto la relación sentimental hacía varios meses, Daniela todavía guardaba las llaves del piso. Cuando llegó –explicó– no había nadie dentro y al salir se encontró con Geovanny. Siempre según su versión, ambos comenzaron a discutir acaloradamente por motivos sentimentales –se descarta el móvil económico– y en un momento dado, el joven la amenazó con un cuchillo. Pero ella logró arrebatárselo –pese a la diferencia física de ambos– y le asestó dos puñaladas de frente que resultaron ser mortales.

Sin embargo, la otra hipótesis que maneja la Guardia Civil difiere bastante de esta secuencia de hechos. Y es que hay indicios recogidos en los atestados, como la ausencia de heridas defensivas tanto en la víctima como en la presunta agresora, que parecen desechar un forcejeo violento entre ambos. También hay señales que apuntan a que Geovanny recibió un ataque de forma sorpresiva, de lo que se podría deducir que la detenida tenía ya el arma del crimen en la mano. La teoría es que ella no quería romper definitivamente la relación amorosa y él, en cambio, sí.

Cuando fue arrestada, Daniela solo presentaba pequeñas magulladuras que no revestían especial importancia. Aun así, la Guardia Civil la trasladó al centro de salud de Aínsa para someterla a un reconocimiento.

También hay dudas sobre la versión de la joven de que fue al piso a buscar unos enseres personales ya que, al parecer, en la inspección posterior no echaron nada en falta en el domicilio.

Unos días antes de la muerte violenta, la víctima y un familiar estuvieron involucrados presuntamente en una pelea con otro joven que había tenido alguna relación con la propia Daniela y que llegó a presentar denuncia por lesiones. Sin embargo, la Guardia Civil descartó también que hubiera relación entre este episodio y la agresión mortal.

La autopsia y el informe forense deberán aclarar las causas y las trayectorias de las cuchilladas que recibió la víctima. Estos resultados serán cruciales a la hora de calificar el delito. Y es que de un posible homicidio, con penas de entre 10 y 15 años de prisión, se podría pasar a un asesinato con un castigo de 14 a 25 años si se prueba una alevosía. En cambio, si se ratifica la versión de la joven de que actuó llevada por el miedo, se podrían aplicar atenuantes o incluso la eximente completa por legítima defensa.

La Guardia Civil ha querido atar todos los cabos antes de llevar a la joven ante el juez y la prueba es que agotó el plazo máximo de 72 horas de detención que permite la ley. Lo hizo el pasado miércoles y tras más de cinco horas en los Juzgados de Boltaña, Daniela salió esposada y escoltada por un guardia civil que la introdujo en el vehículo que la llevó finalmente a la cárcel de Zuera. Salió sin hacer declaraciones, llorando y visiblemente afectada por la decisión de la juez, que dictó un auto de prisión comunicada y sin fianza, atendiendo la petición de la fiscal.

El abogado defensor, Eladio Mateo Ayala, pidió como medida alternativa su puesta en libertad con la retirada del pasaporte para evitar un posible riesgo de fuga del país –ella es de origen colombiano, como el fallecido–, pero su solicitud fue rechazada.

"Educado y trabajador"

Quienes conocían a Geovanny Valencia coinciden en que era "un chico muy prudente, educado, trabajador y discreto". Los vecinos y vecinas de Broto se han volcado esta semana para apoyar a su familia. Sus padres llegaron hace un año para ayudarle con el restaurante Casa Vallés del que se había hecho cargo tras la jubilación de los anteriores dueños. Su presunta agresora también había trabajado en ese establecimiento hasta que rompieron su relación el pasado verano. Según varios vecinos que fueron testigos directos, la semana anterior a los hechos Geovanny y Daniela habían mantenido una acalorada discusión en plena calle.

Las incógnitas

  1. ¿Cómo se produjo la agresión? Una de las principales incógnitas es cómo pudo Daniela agredir dos veces con un cuchillo y de manera frontal a Geovanny sin que este opusiera resistencia, como parece demostrar el hecho de que no presentara lesiones defensivas. La detenida asegura que lo hizo llevada por el miedo tras una amenaza previa, pero los atestados abren la hipótesis de que fuera un ataque súbito y por sorpresa ante el que la víctima no pudo reaccionar. 
  2. ¿Por qué fue al piso de la víctima? Daniela y Geovanny habían roto su relación sentimental hacía meses. La joven dijo que ese día fue al piso de la víctima a recoger unas pertenencias y que al salir se lo encontró y tras una discusión se produjo la agresión mortal. En la inspección ocular de la vivienda no se echó nada en falta.
  3. En paradero desconocido 22 horas hasta que fue detenida. La secuencia de hechos revela que Daniela estuvo 22 horas en paradero desconocido tras cometer el presunto crimen. Y es que la agresión mortal se produjo el viernes sobre las 18.00; el cadáver de la víctima no se encontró hasta primera hora del sábado tras una denuncia de desaparición de los familiares de la propia joven; y la Guardia Civil la detuvo sobre las 16.00 en Yebra de Basa, a unos 30 kilómetros de Broto, después de que ella misma llamara a un familiar para avisar de su paradero.
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