El icónico edificio del Pirámide de Huesca se restaurará para eliminar las goteras
La obras para impermeabilizar el simbólico poliedro de este instituto de secundaria se licitan de nuevo con un incremento del 18% en el precio tras quedar desierto el concurso anterior.
La cubierta del IES Pirámide de Huesca, que marca el perfil de la capital oscense al llegar desde Zaragoza, tiene goteras desde el mismo día que se inauguró, el 14 de noviembre de 1967. Casi 55 años después, el agua sigue filtrándose a través del material colocado para proteger la madera con la que se construyó parte del edificio, destinado a salón de actos. El departamento de Educación ha sacado a concurso las obras para su rehabilitación seis meses después de que la primera licitación quedara desierta porque ninguna empresa se prestó a asumir el precio de salida.
Los trabajos se ofertan ahora por 393.854 euros, con IVA incluido y a pagar en dos anualidades: 110.000 euros en 2022 y 283.854 euros en 2023. Es un incremento del 18% sobre el precio anterior. Las obras, con un plazo de ejecución de cuatro meses, se financiarán con fondos europeos de respuesta a la covid. "Es una intervención que deseamos con anhelo desde hace tiempo", ha manifestado el director del IES Pirámide, Fernando Mur.
El salón de actos que cubre la pirámide (25 metros de altura) tampoco tiene aislamiento térmico, lo que dispara el coste de la calefacción cuando hay que utilizarlo en invierno. Ambas circunstancias conllevan que su uso sea escaso, a pesar de que tiene capacidad para 700 personas y cuenta con una magnífica acústica debido a su forma. Siempre hace falta tener un plan B, por si llueve aunque sea poco. El deterioro de la construcción es patente; en su exterior, con las manchas de humedad a la vista, y su interior, con las butacas protegidas por plásticos para evitar el daño que puede provocar el agua.
Según ha indicado el director, a partir de los plazos establecidos, las obras podrían empezar en septiembre. Para el actual curso escolar se contaba ya con un plan de movilidad del recinto, con más de 600 alumnos, por si comenzaban los trabajos. El edificio sobre el cual se asienta la pirámide es también la entrada al instituto. El deterioro de las capas.
Hace cinco años se denunció la situación y especialistas en obras de altura revisaron la cubierta. Pero no llegó a intervenirse. La última actuación fue hace más de dos décadas. Se eliminó la cerámica original de acabado y se colocó una lámina impermeabilizante, que está en un avanzado estado de deterioro a causa de las inclemencias meteorológicas.
Esta degradación provoca continuas goteras en varios puntos. Además, las terrazas planas anexas a la pirámide también están muy dañadas. Los sumideros de estas se encuentran en muy malas condiciones y ocasionando importantes zonas de filtración de agua, que derivan en humedades interiores, "no solo molestas estéticamente sino que empiezan a ser un grave problema para la habitabilidad del edificio", según recoge el proyecto de obras.
El mismo documento explica que la estructura de la cubierta está ejecutada mediante cerchas metálicas que soportan en sus tirantes exteriores un tablero de fibras sobre el cual hay una capa de mortero de cemento. Encima de este se realizó la impermeabilización a base de láminas sintéticas.
La cobertura va a sustituirse por una de panel sándwich con aislamiento térmico, lo que mejorará su eficiencia energética. Se prevé además instalar una escalera de acceso para facilitar los trabajos de mantenimiento. En su interior, la Pirámide está revestida con lamas de madera. Dispone de dos lucernarios en las caras este y sur, que son un importante punto de filtraciones.
