Fraga exhibirá sus joyas textiles: "Lucimos con orgullo prendas únicas de nuestras abuelas"

Rosita Hernández es una de las mayores expertas en indumentaria tradicional y una pieza clave en las celebraciones del Día de la Faldeta.

Rosita Hernández, gran conocedora de la indumentaria de Fraga.
Rosita Hernández, gran conocedora de la indumentaria de Fraga.
Patricia Puértolas

Rosita Hernández es una apasionada del traje de Fraga. A sus 78 años, sigue involucrada en la organización del Día de la Faldeta, que volverá a celebrarse el próximo domingo tras dos años de suspensión debido a la pandemia. La jornada, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, ofrece una gran oportunidad de disfrutar de auténticas joyas textiles, que han pasado de generación en generación y que los participantes lucen con orgullo. De nuevo, se verán trajes de faena y gala y por supuesto, las sayas, jubones y mantones que lucían las denominadas ‘dones de faldetes’.

Aunque todavía no ha llegado el día, Hernández ya ha vestido a media docena de personas. Y todavía le quedan unos cuantos. La fragatina ha sido la encargada este año de coordinar la vestimenta de los protagonistas del cartel de esta nueva edición, que recrea una fotografía del año 1907. El retrato original pertenece a la asociación Amics de Fraga y fue realizado durante la boda de una pareja local, Pedro Portolés y Joaquina Cabrera. La imagen muestra a sus sobrinos ataviados con la indumentaria tradicional. 

Para la recreación, han sido elegidos siete niños, que han posado en Casa Mauricio y que han sido ataviados con prendas originales, según explica Hernández. "Ni una sola reproducción. Todas son piezas que se guardaban en las casas", añade. "Los niños son el futuro de la fiesta y por ello, los hemos elegido para ilustrar el cartel. Por suerte, cada vez son más los grupos de amigos o parejas jóvenes que deciden vestirse junto a sus hijos. La fiesta tiene su continuidad asegurada", señala la fragatina.

Tres mantones típicos fragatinos. En el centro de tulipanes, y a los lados, de chinos.
Tres mantones típicos fragatinos. En el centro de tulipanes, y a los lados, de chinos.
Patricia Puértolas

Dentro de las actividades previas, Hernández también protagonizó este pasado miércoles un taller de vestimenta, con el fin de mostrar cómo deben colocarse y ajustarse cada una de las prendas del traje fragatino. Los asistentes acudieron con sus propias ropas y de dos en dos, con el fin de que uno vistiera al otro siguiendo las indicaciones de la propia folclorista. Para Hernández, "tan importante es llevar las piezas adecuadas como saberlas colocar". "La mujer fragatina -insiste- se distingue por ir bien vestida; vuelve a casa tal y como ha salido. Si todo está bien cogido no se mueve nada. Hay que llevar las faldetas que tocan y cada una debe estar colocada en su sitio, a la misma altura, y en relación al mantón, bien cerrado, adaptado a cada figura y con las agujas justas".

Las faldetas son uno de los signos de distinción de la indumentaria tradicional de Fraga. De hecho, "aquí se llevan las que tocan dependiendo del tipo de traje, ya sean cinco, seis o siete y ninguna debe sobresalir sobre la otra", según explica Hernández. "Nada de cancanes ni nada parecido. Todas deben llevarse a la misma altura, con el fin de que al andar tengan un movimiento sinuoso, es decir, que al mover las caderas vayan todas de aquí para allá o como decimos aquí: dilluns dimach/ dilluns dimach", añade. También es importante evitar el exceso de agujas y colocar con corrección el mantón, atendiendo a la altura y figura de cada persona. Dentro de los mantones, hay una gran diversidad. Los de gala son siempre de seda, destacando los de tulipanes y chinos. "Durante la celebración, volveremos a ver auténticas maravillas. La gente ha conservado piezas de gran valor, las que llevaban sus madres o sus abuelas. Hay mantones únicos, muy antiguos, de seda natural y preciosos bordados. También numerosas joyas. Todo se luce ese día con orgullo y emoción", añade.

Desfile de yayas que recuerda las faldas vestidas antiguamente por las mujeres mayores.
Desfile de yayas que recuerda las faldas vestidas antiguamente por las mujeres mayores.
Patricia Puértolas

Otro signo de distinción son los peinados. En Fraga, hay dos: el de rosca y el de picaporte. Aunque extendido por otras regiones, el segundo ofrece aquí una variedad, ya que, según explica Hernández, se coloca una horquilla al girar la trenza y, al mismo tiempo, se suben los extremos, dándole la apariencia de una teja. El de rosca es propio de Fraga.

Aunque ya ha dejado de vestirse, Hernández tendrá que volver a madrugar el Día de la Faldeta. Al igual que en otras muchas casas, ya lleva días preparando las ropas que lucirán los miembros de su familia. En su caso, vestirá a diez. Su hija, Silvia Menen, lucirá una de las joyas del ropero familiar, el traje de boda de su bisabuela, Salvadora Aguilar. La falda superior exhibe un brocado con flores aplicadas a espolín. También conservan la falda negra, que se llevaba durante la ceremonia y la ronda, así como el mantón, las joyas y el rosario.

Rosita Hernández lo heredó de su suegra, Salvadora Navarro, la misma que le inculcó su pasión por la indumentaria tradicional. El traje data del año 1880. La fragatina lo ha lucido en varias ocasiones, entre ellas, durante la primera edición del Día de la Faldeta, es decir, cuando se institucionalizó en 1982. Para hallar su origen, hay que remontarse cinco años atrás, con el homenaje que Peña Fragatina dedicó a las denominadas ‘dones de faldetas’, mujeres que todavía mantenían su vestimenta tradicional y con ella, los usos y costumbres de otra época. La última murió en 2007.

Los peinados son pieza fundamental de la indumentaria.
Los peinados son pieza fundamental de la indumentaria.
Patricia Puértolas

Para recordarlas, y no perder el origen de la festividad, cada vez son más las mujeres fragatinas que optan por vestirse como ellas el Día de la Faldeta. Del conjunto, varias forman parte de la asociación Amics de Fraga y al llegar este día, salen en el desfile vestidas con las sayas, jubones y mantones que un día llevaron sus madres o abuelas.

En 2010, hubo otro hito importante, ya que se decidió que la fiesta se estructurara alrededor de una boda. Y así se sigue celebrando. En esta edición, habrá algunas novedades. Por falta de tiempo, la vestimenta de los novios se sustituirá por un nuevo acto, en el que aquellos que lo deseen podrán ir a buscar a la pareja. A él, lo recogerán en las inmediaciones del Hotel Casanova y a ella, en Casa Berges. El desfile, que comenzará el domingo a las 11.00, será más largo, saldrá de los jardines Juan Carlos I y finalizará en la iglesia de San Pedro. Asimismo, entre otros cambios, habrá un mayor número de actividades infantiles así como una serie de visitas guiadas para aquellos que quieran unirse a la fiesta y conocer los principales enclaves de la ciudad.

Las rondallas de Peña Fragatina y Amigos del Folklore del Bajo Cinca animarán el desfile nupcial, que, además de ser más largo, incluirá pequeños cambios debido a las obras de remodelación previstas en el Paseo del Segoñé. De hecho, el vals y el retrato de los novios se trasladarán al cercano aparcamiento de La Pista. Allí también tendrá lugar el tradicional homenaje a Les Dones de Faldetes. Antes, al igual que cada año, el cortejo atravesará las diez estampas tradicionales organizadas en el casco histórico y participará en la celebración religiosa en la iglesia de San Pedro. A la salida, se lanzarán peladillas y confetis sobre los novios.

"El Día de la Faldeta es una fiesta construida entre todos, con la participación del ayuntamiento, las asociaciones y los voluntarios. Todos nos volcamos con el ánimo de poner en valor nuestras formas de vestir y tradiciones", concluye Hernández, autora además de un completo libro sobre la indumentaria de Fraga.

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