La conclusión de la autovía Huesca-Lérida se retrasa un año más

El Ministerio alarga hasta noviembre de 2023 el plazo de entrega del tramo de Siétamo por complicaciones de la obra. Para entonces habrán pasado casi 19 años desde que se puso la primera piedra de este eje de 108 km.

La autovía A-22 Huesca-Lérida no estará completamente acabada hasta noviembre de 2023. Para entonces habrán pasado casi 19 años desde que se colocó en Monzón la primera piedra de este eje de 108 kilómetros que conecta ambas capitales de provincia. Esa es al menos la última previsión del Ministerio de Transportes después de haber modificado el contrato del último tramo de Siétamo (12,8 km) por unas complicaciones en las obras que han supuesto una ampliación del plazo de entrega de 12 meses más respecto a la última fecha oficial que había dado la Delegación del Gobierno.

Los trabajos, que en su día ya estuvieron bloqueados durante cinco años por la crisis económica y por problemas medioambientales, arrancaron por fin en el verano de 2018 a cargo de la UTE formada por la constructora aragonesa Vidal y la catalana Copcisa con un presupuesto inicial de 46,8 millones de euros. Sin embargo, el Ministerio ya tuvo que aprobar hace un año un sobrecoste de 4,5 millones por la necesidad de ocupar más terrenos de los previstos para reponer líneas eléctricas y otros servicios adicionales.

Esta modificación obligó a ralentizar los trabajos de construcción y la Delegación del Gobierno marcó un nuevo plazo para la finalización de las obras: 30 de noviembre de 2022. Pero la Dirección General de Carreteras acaba de publicar otro modificado del contrato que amplía el plazo total de ejecución hasta los 63 meses, casi el doble del que se adjudicó inicialmente.

Según explican desde el Ministerio de Transportes, este retraso y la necesidad del modificado se deben a varios factores: reposición de servicios afectados de líneas telefónicas y de la red de abastecimiento "derivadas de una insuficiente información previa de su trazado por parte de sus titulares durante la fase de redacción del proyecto que altera sustancialmente la programación y el coste de su ejecución durante la fase de obra"; prestaciones adicionales de la iluminación en enlaces "para adecuarla a las necesidades reales observadas"; y la necesidad de clasificar vertidos y escombros "imprevistos en el proyecto" para trasladar el material a un gestor autorizado.

Asimismo, otra de las causas de esta demora es el yacimiento romano 'Los Ayareces' ya que se han tenido que ampliar las medidas correctoras arqueológicas con más recursos "porque se ha tenido que excavar con sumo cuidado una gran zona, primero con máquinas y luego manualmente", señalan. Entre otros elementos "imposibles de prever" en el proyecto han aparecido muros, monedas, vasijas y un horno.

Según las mismas fuentes, actualmente se están realizando movimientos de tierras, drenajes, así como firmes y labores de pavimentación. Además, se han ejecutado parcialmente la mayoría de las ocho estructuras que contempla el tramo y se están reponiendo riegos, abastecimientos de agua, líneas de gas y líneas de telefonía en distintos puntos. 

Una vez que se ponga en servicio este tramo, se pondrá fin al cuello de botella, con el punto peligro de Estrecho Quinto incluido, por el que transitan 12.000 vehículos diarios, lo que le convierte en uno de los tramos con mayor intensidad de tráfico de toda la provincia. El trazado atraviesa los términos municipales de Siétamo, Loporzano, Quicena y Huesca. En los primeros 8 km se construye una autovía de nuevo trazado, mientras que para el resto se llevará a cabo un desdoblamiento de la N-240.

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