Voluntarios de 12 a 80 años preparan el centro para los refugiados de Ucrania
Más de 170 personas acuden a la llamada de Cáritas Huesca para acondicionar la antigua residencia de los Carmelitas, en la plaza Navarra, donde se acogerá de forma temporal a las familias que huyen de la guerra.
El centro temporal de acogida de Cáritas Huesca para atender a los refugiados que lleguen de Ucrania ha quedado este lunes prácticamente listo para su uso gracias al trabajo realizado por 175 voluntarios que han acudido a la llamada de la entidad con el fin de limpiar y acondicionar la antigua residencia de los Carmelitas para este nuevo fin.
Cáritas adquirió este espacio, en el centro de Huesca con la intención de trasladar su sede, "pero es más urgente utilizarlo para esto", ha apuntado su director, Felipe Munuera. Se podrá alojar a 16 personas como mínimo.
La respuesta de los oscenses, tanto a nivel particular como por parte de las empresas, ha superado las expectativas. Los voluntarios, entre los que ha habido gente de 12 y 80 años, se han puesto manos a la obra formando equipos para limpiar suelos y armarios, pintar alguna pared, montar camas, quitar la hojarasca del jardín... Muchos de ellos estaban apuntados previamente, pero otros se han presentado a la hora de abrir la puerta.
Para todos ha habido trabajo. A esta respuesta masiva ha contribuido, sin duda, la oportunidad de ayudar haciendo algo concreto como limpiar y preparar un espacio para que quienes arriben a la ciudad huyendo de la guerra se sientan cómodos, según ha reconocido Munuera. "También hay que ser conscientes de que no es solo cuestión de venir ahora y cooperar con esto. Cada uno sabrá dónde puede llegar, pero necesitaremos colaboración durante el tiempo que dure esta situación, que no sabemos cuánto será", ha manifestado el director de Cáritas. De momento, los voluntarios, a velocidad de vértigo, se han puesto las mascarillas y los guantes para barrer, fregar, quitar el polvo y dejarlo todo limpio y pulido.
Con tantas manos trabajando, la residencia, en la que hasta hace tres años vivieron los cuatro sacerdotes de los Carmelitas Descalzos, ha quedado casi preparada. Munuera ha explicado que se han modificado las habitaciones para que cupiesen dos camas y, en algún caso, incluso se puede colocar una litera para que haya tres plazas, "por si viene una madre con dos niños".
El nuevo espacio de acogida está en el centro de Huesca, junto a la iglesia de las Teresas. Del antiguo convento quedó el claustro y el templo, en torno al cual se edificó hace unos 12 años la residencia. Consta de tres plantas. En la de bajo hay cocina, un comedor y una salón de estar. La primera cuenta con cuatro celdas que tienen aseo completo y en la segunda hay dos cuartos más y una pieza que era un almacén y que se convertirá en habitación. "Además, hay una pequeña cripta que se va a mantener tal cual, para quien tenga necesidad de un momento de oración, paz, recogimento...", ha explicado Felipe Munuera.
La residencia disponía de mobiliario en buen estado y todo aquello que faltaba se recibe en forma de donaciones personales o de empresas, como la lavadora con capacidad para 11 kilos de ropa y la secadora llegadas desde el convento de las Carmelitas o el material de limpieza proporcionado por Serfey para poner a punto las instalaciones. Los muebles que faltaban han sido aportados por Carinsertas.
"Esta respuesta supone una alegría enorme, una vez más se ve la solidaridad que hay en Huesca cuando hay una necesidad", ha comentado Munuera. El director de Cáritas ha indicado que Telecomunicaciones Barreu instalará este martes la red wifi y una empresa les ha ofrecido equipos informáticos por si hace falta apoyo escolar, realizar gestiones… «l centro estará muy equipado gracias ala generosidad de todos", ha afirmado. También van a recibir unas televisiones… "Todo lo que necesitamos va apareciendo como por arte de magia", dice.
