Colapso en los centros de salud: "Metemos más horas que nunca, pero apenas exploramos pacientes"

El coordinador del ambulatorio de Grañén, el municipio con mayor incidencia acumulada en Aragón de toda la pandemia, se queja de que todo son diagnósticos de covid, seguimientos, altas y bajas laborales, "mucha burocracia y poca clínica". 

Domingo Ara, coordinador del centro de salud de Grañén.
Domingo Ara, coordinador del centro de salud de Grañén.
Patricia Puértolas

La séptima ola de covid-19 ha alterado por completo el día a día de los médicos de Atención Primaria. Hay jornadas en las que apenas ven pacientes ni tienen ocasión de levantarse de la silla. "Metemos más horas que nunca, pero la actividad médica es muy escasa. Todo son diagnósticos de covid, seguimientos, altas y bajas laborales… Los casos son elevados, pero la sintomatología inexistente o leve, lo que se traduce en mucha burocracia y poca clínica", señala el coordinador del centro de salud de Grañén, Domingo Ara. "Las consultas relacionadas con la covid-19 eclipsan todo, absorben todos nuestros recursos, complicando el acceso de los pacientes y una de nuestras principales funciones: la prevención o diagnóstico de otras patologías. Al final, apenas exploramos pacientes ni con covid ni con otras patologías", subraya.

Así, uniéndose a las demandas ya expresadas por otros compañeros y colectivos, Ara cree necesario "descargar" a los centros de salud de actividad covid. "Todo recae sobre nosotros: vacunación, diagnósticos, seguimiento, pasaportes… pero nuestros recursos son los mismos y limitados, lo que genera otras dificultades. Hay que derivar parte de esta actividad a otros espacios", insiste. 

Para empezar, el facultativo señala las dificultades que tienen los pacientes para contactar con los centros de salud. "El volumen de llamadas es muy alto y por lo tanto, la accesibilidad se complica. Y eso es algo que nos preocupa, ya que alguien puede llamar por una urgencia y ser incapaz de contactar con nosotros", subraya Ara. 

El facultativo también se muestra preocupado por la falta de consultas ordinarias, más allá del covid, lo que asocia a los mismos problemas de accesibilidad, a la imposibilidad de abrir nuevas agendas o al propio temor de los pacientes. "O tardan en conseguir una cita o simplemente están esperando a que la incidencia baje para consultar otras dolencias", explica Ara. "Y aquí el riesgo está en que se nos pase alguna otra patología importante o lleguemos tarde", añade.

A pesar de la sobrecarga de trabajo, el centro de salud de Grañén, que ronda las 4.500 tarjetas sanitarias, se mantiene sin refuerzos. Durante el último mes, la plantilla también ha sufrido cuatro bajas por covid-19, que no se sustituyen, simplemente se cubren con el resto del personal en activo. Ahora mismo, suman siete médicos, una pediatra compartida y ocho enfermeras, a lo que añadir dos facultativos y dos enfermeras de atención continuada.

Desde el inicio del nuevo año, la zona básica de salud de Grañén ha registrado 148 nuevos contagios y su incidencia va pareja al resto de Aragón. Ahora mismo, tal y como reitera el facultativo, hay más carga de trabajo, pero poca clínica, ya que la mayoría de los casos son leves o asintomáticos. Los problemas más importantes se registraron en las oleadas anteriores, especialmente coincidiendo con los brotes sufridos en las dos residencias de mayores de Grañén. "Allí tuvimos las mayores dificultades, ya que debíamos atender de forma presencial a aquellos que presentaban una sintomatología más complicada o cuya evolución no era la deseable, tanto fuera como dentro de las residencias. Y todo con los mismos recursos", indica.

Precisamente, desde el inicio de la crisis sanitaria y en proporción a su número de habitantes, Grañén es el municipio que registra una mayor incidencia acumulada de casos de covid-19 de Aragón, con 30.100 positivos por cada 100.000 habitantes. Desde el pasado 15 de febrero de 2020, ha habido 523 contagios en una población de 1.700 personas, es decir, el 30,76% de sus vecinos se ha infectado, aunque con matices. De hecho, alrededor de un 20% de ellos se produjeron en los dos brotes de las residencias, con más de un centenar de contagios, sin sumar a los trabajadores infectados y sin tener en cuenta que la mayoría de los residentes no están empadronados, es decir, se añaden a los contagiados, pero no al censo de la población, lo que agranda la incidencia. Por detrás de Grañén están Tauste (27%), Calatorao (26,6) y Jaca (26,5%).  

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