Seis pueblos de Huesca ganaron más de un 15% de habitantes en 2021: "Mucha gente pregunta si hay casas para venir a vivir"

La llegada de parejas jóvenes, los empleos del sector primario y los empadronamientos para ‘esquivar’ los confinamientos han hecho crecer a Arguis, Argavieso, Borau, Salillas, Villanúa y Albalatillo.

El amplio abanico de actividades de animación es uno de los atractivos de Villanúa para atraer población.
El amplio abanico de actividades de animación es uno de los atractivos de Villanúa para atraer población.
Turismo de Villanúa

La provincia de Huesca sigue revertiendo poco a poco la tendencia de pérdida de población que se inició a partir de 2010 con el regreso a sus países de muchos de los emigrantes que la habían hecho crecer hasta rozar los 230.000 habitantes. Tras tocar fondo en 2018 (219.345), acumula ya tres años seguidos de crecimiento y alcanza ya los 224.264.

El Alto Aragón ganó un 0,7% de población entre 2020 y 2021. Un 63% de los municipios (148 de los 202) crecieron, según la comparativa del portal especializado ‘Pueblos del Alto Aragón’, y de ellos, seis ganaron más de un 15%: Arguis (22,4), Argavieso (20), Borau (18,6), Salillas (17,6), Villanúa (16,2) y Albalatillo (15,3). Y aunque el INE señale que en el Valle de Bardají aumentó un 60% (de 40 a 64), su alcalde, José María Raso, aseguró que es un error y que el padrón es el mismo que el de 2020.

En Arguis, que pasó de 125 a 153 habitantes, su alcalde, Alfonso Gella, lo atribuye a varios factores: la llegada de parejas jóvenes que han ocupado casas recién construidas y otras que estaban de alquiler; algunos nacimientos, "que siempre son una alegría"; y también la propia pandemia "porque había gente que vivía aquí seis o siete meses al año sin estar empadronada y ahora lo han hecho para tener más libertad con los confinamientos". Asegura que el interés por residir en este pueblo situado a solo 15 minutos en coche de Huesca es creciente y por ello estarían "encantados" de que se impulsara alguna de las zonas urbanísticas que tienen pendiente de desarrollar, "porque hay mucha gente que pregunta si hay casas para poder venir a vivir aquí".

También en Villanúa achacan parte de su aumento demográfico (de 451 a 524 habitantes) a nuevos empadronamientos de gente de segunda residencia para garantizarse la movilidad durante los cierres perimetrales. Además, han recibido nuevas familias y la prueba es que entre el colegio y la guardería suman unos 50 niños y niñas, "que es una cifra muy alta para una población tan pequeña", resalta el alcalde, Luis Terrén. A su juicio, el atractivo de la localidad reside en la mejora de servicios, la cercanía con Jaca o su gran actividad. Ahora están modificando el PGOU para poder impulsar la construcción de casas con jardín "porque vienen tiempos muy positivos para el valle y si tenemos ese formato de vivienda que tanto busca la gente, seguiremos creciendo seguro", dice convencido.

"Si no fuera por los inmigrantes, seguiríamos cuesta abajo y sin frenos"

La agricultura y la ganadería también están atrayendo nuevos habitantes a Albalatillo o Salillas. El primero pasó en el último año de 163 a 188 gracias a varias familias de trabajadores rumanos y búlgaros "hasta con abuelos", destaca el alcalde, José Andrés Casaña. Ahora están pensando en abrir incluso una escuela infantil. Y el segundo también aumentó de 91 a 107 gracias también a los puestos de trabajo ocupados por inmigrantes. "Si no fuera por ellos, seguiríamos cuesta abajo y sin frenos", reconoce el alcalde, Pablo Lecina, si bien deja claro que "tampoco es como para echar las campanas al vuelo porque la población sigue estando muy envejecida y el futuro es incierto".

El padrón de Argavieso también aumentó de 95 a 114 (a día de hoy ya alcanzan los 133) por la llegada de parejas jóvenes que trabajan en Huesca, a solo 15 km. El Ayuntamiento tiene alquilados los dos pisos municipales que acondicionó en las antiguas escuelas. "Es importante que haya gente joven interesada en integrarse en el día a día del pueblo aportando y colaborando en las actividades para que siga teniendo vida", valora la alcaldesa, Mónica Soler.

Y Borau pasó de 70 a 83 habitantes, la mayoría procedentes de ciudades como Zaragoza o Madrid y atraídos por la buena conexión de banda ancha "y porque con la pandemia mucha gente ha querido cambiar de aires", señala el alcalde Daniel López. El Ayuntamiento trabaja para ofrecer viviendas municipales de alquiler con las ayudas de la Diputación Provincial de Huesca.

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